Día con día es más común ver a una pareja cenando pero que se comunica a través de sus celulares, a una familia teniendo un día de campo donde jugar a través de las tabletas es más satisfactorio que tomar un balón o bien a un grupo de amigos que se reúne para ponerse al día pero que finalmente terminan la reunión sin saber algo acerca de los demás por ponerle más atención a sus celulares.

 

A todas estas prácticas donde se ignora a los acompañantes por atender a los dispositivos móviles se le conoce phubbing y está tomando fuerza en un mundo donde la tecnología nos ha envuelto.

 

El phubbing es un signo de la cibercultura, indicó en entrevista para Notimex, Héctor Cerezo Huerta, director del Departamento de Psicología y Formación Ética del Tecnológico de Monterrey en Puebla.

 

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El académico detalló que esta palabra inglesa es acrónimo de los vocablos phone (teléfono) y snubbing (que se refiere a desairar), y se ha vuelto evidente en lugares concurridos como los restaurantes.

 

El phubbing es una consecuencia inmediata de la globalización de la tecnología y de la post modernidad, la cual legitima y da pauta a que las personas actúen con despreocupación por el otro, aun cuando tengan vínculos fuertes como de amistad, noviazgo, matrimonio o compañeros de trabajo, advirtió.

 

“La interacción y el desinterés por la otra persona por el hecho de atender un mensaje, un WhatsApp o una notificación se están volviendo una falta de respeto”, señaló. Cerezo Huerta subrayó que la propia sociedad valida y legítima estas conductas, pero no se da cuenta que se está haciendo adicta a la tecnología.

 

Campañas antiphubbing

 

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Ante esta práctica cada vez más común, hay ya movimientos de desconexión en ciertos lugares, como restaurantes y museos.

 

Ejemplo de estos movimientos es una campaña llamada No WiFi Zone, que una conocida marca de chocolates lanzó para reposicionar su producto pero que sorprendentemente no se hace popular por sus dulces sino por el aislamento de la red que permite a las personas regresar a la comunicación cara a cara.

 

El propósito de éstas iniciativas, es que la gente regrese a la comunicación entre sí y fortalezca de nuevo los vínculos de interacción y charla en cualquier momento o por lo menos durante su estancia dentro de ese establecimiento, destacó el especialista.

 

México ocupa el noveno lugar 

 

En la lista de ciudades que cometen este acto, el Distrito Federal ocupa el lugar número 9 de un ranking donde Nueva York encabeza la lista seguida de Los Angeles, Londres, París y Hong Kong.

 

La mayoría de los phubbers, como se les llama a los practicantes de esta tendencia, utilizan el celular para actualizar sus redes sociales, mandar mensajes a “alguien mejor que tú” de acuerdo con su criterio, comprar música, googlear “Chuck Norris” y reírse de una broma que no viene de quien lo acompañe.

 

Ignorar en estadísticas

 

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Cerca de 87% de los adolescentes prefieren comunicarse vía textos que cara a cara, además si el phubbing fuera un plaga, ocuparía aproximadamente el territorio de seis Chinas juntas.

 

En un restaurante promedio se recibe alrededor de 36 casos de phubbing durante la cena (alrededor de una hora), lo equivalente a gastar 570 días solo mientras que 97% de las víctimas suelen reclamar un mal sabor de sus comidas al ser ignorados por su acompañante.

 

Lo más curioso es que cerca del 92% de los phubbers tienen tendencia a convertirse en políticos.

 

Pero eso no es todo, si tú eres un phubber o conoces a alguien que realmente necesite darse cuenta sobre su situación, el sitio stophubbing.com exhorta a la sociedad a terminar con éstas acciones y demandar toda representación de ella. En la página web puedes sumarte a la campaña y descargar posters antiphubbing, carteles con mensajes positivos o conocer a las celebridades que también entran en esta tendencia.

 

Si no eres vulnerable no te vuelves adicto, sin embargo el uso desmedido del smartphone también es una adicción,

 

“Si eres intolerante a la frustración, tienes baja autoestima, tiendes a la gratificación inmediata y tu autoconcepto gira en torno a lo que te dicen, probablemente seas adicto a los dispositivos”, asegura el profesor Cerezo. Con información de Notimex