Luego de sentirse defraudado porque a cambio de apoyo político y mediático no obtuvo los negocios esperados, el empresario constructor e impresor poblano Armando Prida Huerta se desplazó a Morelos donde podría estar asentándose como el “Grupo Higa” local.
El negociante está operando en Morelos igual como lo hizo en Puebla: sumarse a un proyecto político, poner sus negocios periodísticos al servicio del nuevo personaje y esperar a que le lleguen los negocios del poder. Las huellas de Prida Huerta aparecen con facilidad, lo mismo cuando recibió favores de Vicente y Marta Fox vía contratos de la Comisión Nacional para el Libro de Texto Gratuito a favor de sus empresas inhabilitadas legalmente, que cuando se dedicó a demandar en tribunales a periodistas críticos.
En Puebla Prida Huerta demandó a varios columnistas críticos, entre ellos al autor de Indicador Político por un texto que probaba legalmente, vía copia del Diario Oficial de la Federación, que su empresa estaba inhabilitada y aun así recibió un contrato. Los periodistas Arturo Rueda y Mario Alberto Mejía también fueron demandados por Prida porque lo criticaron en sus columnas y revelaron sus negocios con el poder.
Lo significativo fue que Prida había creado una fundación para la libertad de expresión pero la usó justamente para sus demandas contra periodistas críticos; lo peor fue que Prida prácticamente perdió todas sus demandas, aunque su estrategia no era la de ganar sino la de mantener a los columnistas críticos ante el ministerio público. Eso sí, esa fundación fue un frente político para sumarse a la campaña del candidato aliancista poblano Rafael Moreno Valle. Por cierto, en esa fundación-parapeto fueron contratados Jorge Carpizo McGregor y el ahora ombudsman Luis Raúl González Pérez y por tanto participaron con su apoyo en las demandas contra comunicadores.
Ahora Prida ha aparecido en Morelos al frente de constructoras que han logrado importantes contratos sin licitación. De ahí que en los pasillos políticos del estado se refieran a él como el “Higa morelense”, en referencia a Juan Armando Hinojosa, dueño de Grupo Higa y de la empresa Bienes Raíces H&G S.A., que vendió y financió casas a importantes políticos federales del sexenio actual.
La constructora AyPP, Armando y Paul Prida, fue la que se llevó el contrato por casi 500 millones de pesos para construir el nuevo estadio de futbol “Coruco Díaz” en Morelos. El dato fue revelado por el periodista poblano Alejandro Mondragón en su sitio Status; la información, por cierto, había sido reservada por 20 años, pero la insistencia obligó a entregarla vía solicitud de información.
Los estilos empresariales de Prida Huerta y su forma de operar a través de beneficios políticos pronto se comenzarán a sentir en Morelos porque las revelaciones de su aparición en el estado con negocios vía contratos directos del gobierno ya circulan en medios periodísticos locales. Y aunque su fundación para la libertad de expresión ya no opera porque dejó de ser útil, de todos modos periodistas morelenses deben prepararse para enfrentar demandas legales de un empresario del poder que no quiere que lo critiquen.
Eso sí, la reaparición de Prida Huerta con negocios al amparo del poder en Morelos reabrirá su expediente en la Comisión de Libros de Texto Gratuito donde obtuvo contratos por favoritismo del gobierno de los Fox. Y no faltarán las pistas que el empresario dejó en Puebla sobre la forma de usar sus periódicos no para informar sino para obtener contratos sin pasar por concursos o licitaciones.
A los periodistas poblanos Rueda y Mejía les dedicó Prida Huerta, en el 2009, insultos en la primera plana de su periódico Síntesis: 34 páginas del periódico para denostar a dos periodistas que se atrevieron a revelar los mecanismos oscuros de poder y de obtener contratos de Prida Huerta.