El prefecto para los Obispos del Vaticano, Marc Ouellet, negó hoy que las coyunturas o las urgencias de México y Cuba puedan condicionar los mensajes del Papa en esos países durante su viaje apostólico que iniciará esta semana.
“La misión de la Iglesia y los contenidos del mensaje pontificio no quedan definidos por las circunstancias, problemas y desafíos de los países. La Iglesia abraza todas las circunstancias para encarnar el evangelio en ellas”, aseguró Ouellet en entrevista con Notimex.
“Sin embargo, en la preparación de todo viaje apostólico hay un estudio muy atento de las concretas situaciones sociales, culturales, políticas y religiosas de los países visitados”, agregó el también presidente de la Pontificia Comisión para América Latina de la Santa Sede.
A unos días del aterrizaje del avión papal en el céntrico estado mexicano de Guanajuato, donde el Papa Benedicto XVI permanecerá del 23 al 26 de marzo, el cardenal analizó las expectativas despertadas por la visita pontificia.
Aclaró que los viajes apostólicos están definidos por necesidad de confirmación y revitalización de la fe, porque para la Iglesia transmitir el mensaje de Cristo es “el mejor servicio” que se puede brindar a las naciones.
Además destacó el “notorio protagonismo emergente” en la escena internacional de América Latina, la región donde vive más del 45 por ciento de los católicos a nivel mundial.
Sostuvo que, no en vano, ya casi no se habla de ella como una región del subdesarrollo y del atraso, mientras sus países ya no se catalogan como “en vías de desarrollo” sino, más bien, como “países emergentes”.
“¿Acaso Brasil no se ha convertido en la sexta potencia mundial? ¿No están viviendo los países latinoamericanos procesos económicos de exportaciones a diversos mercados y atracción de capitales extranjeros?”, se interrogó.
Reconoció que la potencialidad regional está amenazada por “graves problemas” como el narcotráfico, la violencia y la corrupción, dificultades que “deben ser afrontadas a través de políticas adecuadas, valientes e incisivas”.
Según el purpurado, la política no es ámbito de la Iglesia, pero la institución no puede dejar de alertar públicamente sobre los problemas y desafíos que se plantean respecto al bien común de los pueblos.
Constató que, en un continente de grandes mayorías de bautizados, hay “mucho por hacer” en cuanto a la congruencia de los políticos católicos ya que, pese a profesar esa religión, muchas veces no logran mejorar la realidad cuando acceden al poder.
“De los católicos comprometidos en la vida pública la Iglesia espera que sean coherentes, que sean competentes y dedicados al bien común, que conozcan y sepan aplicar creativamente la Doctrina Social Cristiana, que presten especial solidaridad a los más necesitados”, ponderó.
Sobre la decisión del Papa de elegir a México y a Cuba como destinos de su primer viaje a Latinoamérica de habla española, Ouellet dijo que influyó la invitación extendida por las autoridades políticas y eclesiásticas de ambas naciones, ubicados en la misma ruta de avión.
“México recibió las cinco visitas pastorales de Juan Pablo II, es un gran país, una gran frontera entre el norte y sur de América. El testimonio más vivo y expresivo de ese catolicismo barroco, mestizo, popular, de profundas raíces en el mundo hispanoamericano”, recordó.
“Cuba, por su parte, vive una situación peculiar con graves problemas y desafíos; pero gracias a Dios también una primavera de la fe que el Papa viene a confirmar y a alentar para bien de Cuba y de todos los cubanos”, consideró.
Insistió que el mensaje del obispo de Roma en esos territorios será “el evangelio”, impulsará a los fieles a custodiar el patrimonio de la fe católica presente en los pueblos latinoamericanos y a hacerlo fructificar en el corazón de las personas, la vida de las familias y la cultura de las naciones. Norimex