La iniciativa privada, asociaciones civiles e investigadores coinciden en que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) carece de una política integral en materia energética, pues en la capital opera un modelo que data de 1950 en el que todavía predominan el uso del gas LP y gasolinas, que son caros y contaminantes.

 

Para revertir el rezago, la Confederación Patronal de la República Mexicana en la Ciudad de México (Coparmex) propone al Gobierno capitalino crear un marco regulatorio local que permita transitar de combustibles fósiles a “una canasta energética inteligente, eficiente y sustentable”.

 

Para ello, plantea la creación de una Comisión de Energía en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) “que desarrolle la legislación necesaria para normar el trabajo de la Secretaría de Energía y una Ley de Transición Energética para el DF, que se constituya en marco para la estrategia correspondiente”.

 

“Grandes capitales como Londres o Nueva York cuentan con estrategias integrales para la gestión sustentable y moderna de la energía desde hace prácticamente una década, 2004 y 2007, respectivamente”, advirtió la cúpula empresarial de la Ciudad de México.

 

José Luis Beato, presidente de la Coparmex en la capital, explicó que a nivel nacional, mientras en Monterrey la red de gas natural ocupa 90%, en el Distrito Federal es apenas de 20%.

 

Apuntó que si en lugar de consumir gas LP en el Distrito Federal se consumiera gas natural, el ahorro en los costos sería de hasta 60%.

 

Por su parte, para el presidente de la asociación civil Ciudad Posible, José Luis Luege, la Ciudad de México vive “en el siglo XIX, distribuyendo cilindros de gas altamente contaminantes, altamente riesgos, porque la estructura de distribución de gas LP es muy fuerte”.

 

El ex director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) consideró que en la capital del país debe predominar el uso del gas natural,  mientras que la distribución del gas LP debe ser para zonas suburbanas y rurales, donde es más costoso llevar el gas natural.

 

Luege Tamargo lamentó que hasta hoy no opera la Planta de Biogás que el gobierno local proyecta como una de las más grandes de América Latina, pese a que ésta fue anunciada desde la administración pasada.

 

“En el 2011, Marcelo Ebrard clausuró el Bordo Poniente, tardaron un año en hacer el contrato con la empresa que va a manejar el biogás, pero no han iniciado, es muy grave esta falta del Gobierno del Distrito Federal”, dijo.

 

De su lado el investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), Antonio de la Cuesta, indicó que el GDF tiene esfuerzos aislados en materia energética y de utilización del gas natural.

 

“Una política integral energética no la hay, son esfuerzos dispersos que tiene tal vez la Secretaría de Desarrollo Económico, la Secretaría de Medio Ambiente, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, pero son políticas particulares que tienen que ver con energía, no es una política pública que esté generándose, son esfuerzos dispersos”, criticó.