Los observadores políticos consideran que al presidente de los banqueros privados, Luis Robles Miaja, le faltó sensibilidad social en el discurso donde expuso los logros de la banca en los últimos 90 años.
Presumir que estamos viviendo el ciclo de expansión del crédito más sano en la historia de la banca en México, y que en los últimos 13 años a los banqueros “les ha ido de pelos”, sonó hasta ofensivo, porque la salud de la que gozan los bancos y sus ganancias han sido en buena medida gracias a los ahorradores e inversionistas que durante décadas han pagado tasas de interés de usura por los créditos de la banca comercial y han recibido pobres rendimientos por su dinero. El mismo presidente de los banqueros reconoció esta situación al señalar que “las tasas de interés de tarjeta de crédito se encuentran en mínimos históricos: hoy ya nada más cobran como máximo 53% y como mínimo 19.5%”. Le faltó decir que los rendimientos que pagan a los ahorradores e inversionistas no llegan al 4% anual. Lo que sí dijo es que el número de clientes de la banca es hoy superior a los 50 millones, cuando hace 14 años era de 20 millones.
Omitió el presidente de los banqueros decir que nunca en la historia del país habíamos estado tan fregados, y padecido una crisis de credibilidad y confianza en las instituciones, además de niveles históricos de inseguridad y corrupción. De qué se quejan, pareció decir Luis Robles, si las familias mexicanas se han beneficiado del acceso al crédito bancario. Prueba de ello es que en el 2000 sólo el 4% de los hogares mexicanos contaba con al menos una tarjeta de crédito para endeudarse, y en el 2012 el porcentaje pasó a 23.7.
Más aún, en los últimos 14 años el crédito al consumo, a las viviendas, a las empresas y al campo se ha disparado. En ese mismo periodo se ha registrado un crecimiento sin precedente de la infraestructura bancaria: 163 millones de tarjetas de crédito, débito, etcétera. Más de 43 mil cajeros automáticos; casi 13 mil sucursales bancarias. El acceso a los créditos hipotecarios es el mejor en la historia del país, por menores tasas de interés, mayores plazos y mejores condiciones de contratación: en el 2000 las tasas eran del 20% anual, y hoy se encuentran cerca del 11%, lo que explica por qué cualquier ciudadano común y corriente puede hacerse de una mansión.
Llama la atención que empresarios y banqueros recurran a la cantinela mil veces repetida por los gobiernos del siglo XX y principios del XXI: minimizar los problemas… y maximizar el valor de la gran estabilidad financiera, política, social.
Bueno, al final de su discurso, y para “taparle el ojo al macho”, Robles Miaja le pidió al presidente Enrique Peña Nieto que resolviera la violencia del crimen organizado, la inseguridad, la corrupción, la falta de vigencia plena del Estado de Derecho y otros flagelos que padece el país.
AGENDA PREVIA
Las empresas norteamericanas Imperial Sugar y Am Cane Sugar LLC que cuestionaron el Acuerdo de Suspensión por “dumping” y subsidios a la exportación de azúcar mexicana al mercado norteamericano (que México y Estados Unidos habían firmado el 19 de diciembre pasado) se quedaron con “un palmo de narices”, pues la Comisión Internacional de Comercio de aquel país ratificó por seis votos contra cero el susodicho acuerdo con el que se pone fin a las demandas de los azucareros americanos en contra de la industria azucarera mexicana.
Con esta decisión, México podrá reactivar sus exportaciones y dar cumplimiento a la cuota de exportación de dulce de caña asignada por nuestros vecinos, misma que alcanza 1.3 millones de toneladas para el ciclo actual. Es justo reconocer tanto en las negociaciones que dieron lugar al Acuerdo de Suspensión como en la queja de las dos empresas mencionadas, la estoica batalla que dieron los funcionarios de la Secretaría de Economía, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera, Juan Cortina Gallardo y el director del FEESA, Carlos Rello.