BANGKOK. Miles de singapureses expresaron hoy su pésame por la pérdida del ex primer ministro y fundador de la moderna Singapur, Lee Kuan Yew, quien falleció a los 91 años esta madrugada en un hospital de la ciudad-Estado.
“Estoy profundamente entristecido de decir que Lee Kuan Yew falleció esta noche de manera tranquila”, declaró Lee Hsien Loong, el hijo del fallecido y actual primer ministro, con ojos llorosos y voz rota en un mensaje emitido por las cadenas de televisión locales.
Lee Kuan Yew pereció a las 03:18 horas (20.18 GMT, del domingo) en el Hospital General de Singapur en el que estaba internado desde el 5 de febrero debido a una severa neumonía.
“El nos dio coraje, nos inspiró, nos mantuvo unidos para permanecer aquí. El luchó por la independencia para construir una nación de la nada. Y nos hizo sentir orgullosos de ser singapureses (…) Para muchos, Lee Kuan Yew era Singapur”, apuntó el actual mandatario.
En este momento, el cadáver del ex mandatario descansa en la residencia oficial del primer ministro, donde es velado por la familia más cercana hasta mañana, cuando será trasladado al Parlamento.
Miles de ciudadanos se acercaron al Parlamento y a la residencia del jefe del Gobierno para expresar sus condolencias, mientras que otros lo hicieron en Internet, donde las principales web del Gobierno y los medios de comunicación se vistieron de blanco y negro en señal de duelo.
“Estoy triste por la pérdida de nuestro visionario líder. Sin él, Singapur no sería lo que es hoy. Estoy orgulloso de ser singapurés. Gracias, señor Lee”, escribió Samuel Seck en una página web creada para recoger los mensajes de condolencia.
Singapur ha declarado una semana de luto para despedir a su fundador y celebrará los funerales el próximo domingo, 29 de marzo.
Considerado un visionario, Lee padre convirtió a Singapur, que tras independizarse del Reino Unido era una ciudad-isla portuaria con problemas económicos y étnicos, en uno de los “cuatro tigres asiáticos”, junto con Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán.
Sin embargo, también fue criticado por ejercer su gobierno con mano dura, mantener severas restricciones sobre la libertad de expresión y hacer que sus oponentes políticos estuvieran en la diana de la justicia.
Tras obtener el autogobierno de manos de las autoridades coloniales británicas, Lee Kuan Yew, que ocupó la jefatura del Gobierno singapurés desde 1959 hasta 1990, dirigió el proceso de independencia en 1965 después de un fracasado intento de unión con Malasia.
Fue respetado y considerado como el arquitecto de la prosperidad económica de Singapur que convirtió en el objetivo de su Gobierno, a pesar de la falta de recursos naturales y la dependencia de Malasia.
Líderes de todo el mundo han expresado sus condolencias por el fallecimiento de Lee padre, incluido el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien lo definió como un “visionario” y confesó que el ex mandatario le ayudó a concebir su giro político hacia Asia-Pacífico.
El presidente chino, Xi Jinping, definió al fallecido estadista como “un viejo amigo del pueblo chino” y “un gran estratega y estadista respetado por la comunidad internacional”.
Lee Kuan Yew, definido por algunos como un político infatigable y pragmático que desconfió del Estado del bienestar, por considerarlo la raíz de la “decadencia” de Europa, abogó por la meritocracia y defendió la lucha contra la corrupción en el Gobierno.
“Las políticas deben ser pragmáticas, no dogmáticas… El buen gobierno nunca debe estar maniatado por teorías por muy atractivas y lógicamente elegantes que sean”, llegó a decir.
Declarado agnóstico y no opuesto a la homosexualidad, aunque nunca la despenalizó, nunca ocultó su carácter estricto y combativo en un país donde llegó a prohibir el chicle, el vandalismo so pena de castigos corporales y el narcotráfico, con la muerte en la horca.
“Entre ser amado y temido, siempre he creído que Maquiavelo tenía razón”, aseveró.
El Partido de Acción Popular (PAP), del que fue uno de los fundadores en 1954, se ha mantenido en el poder desde finales de los años 50 hasta el presente, en parte gracias al control de la prensa y la oposición.
“No hay duda del tremendo papel de Lee Kuan Yew en el desarrollo económico de Singapur, pero también ocurrió con un significativo coste para los derechos humanos”, indicó Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch en Asia.
“La restrictiva libertad de expresión, la autocensura y la raquítica democracia multipartidista es también parte del legado que Singapur tiene ahora que superar”, agregó Robertson.
GH