Entre el 27 de abril y el 14 de mayo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aplicará a 10 mil 317 estudiantes la prueba PISA para medir su desempeño y aprovechamiento académico. Por primera vez, la aplicación en el país será en computadora en lugar de hacerla a lápiz y papel.
Este año, PISA evaluará las habilidades y competencias sociales de los estudiantes que han concluido la educación básica, además de las referentes a matemáticas, lectura y ciencias.
Aunque esto representará complicaciones en algunas localidades que no tengan acceso a energía eléctrica por ejemplo, deberá ser la Secretaría de Educación Pública la que se encargue de lidiar con estas circunstancias, señaló en conferencia de prensa Andreas Scheiler, director de Educación de la OCDE durante la presentación de la prueba.
Respecto a los resultados obtenidos en años anteriores por los estudiantes mexicanos (quienes demostraron no comprender lo que leen, por ejemplo, y tener un bajo aprovechamiento en las matemáticas), Scheiler señaló que la prueba debe ser tomada como una herramienta para que el propio gobierno de México determine sus estrategias a futuro basándose en las experiencias exitosas de otros países.
Es necesario que el nuevo modelo educativo que plantee México, considere poner a la escuela en el centro de la política y los esfuerzos educativos, lo cual debe incluir invertir mejor y más recursos en la profesionalización de los profesores, señaló Schleicher.
En entrevista por separado, al término de la conferencia de prensa, Scheiler dijo a 24 HORAS que si bien los niños mexicanos han demostrado ser muy hábiles en memorizar y repetir contenidos e información, la apuesta del gobierno mexicano debe ser diseñar un modelo educativo que les permita aprender a utilizar los conocimientos como herramientas para resolver problemas de su vida cotidiana.
“La escuela debe estar al centro de las reformas y la política educativa”, señaló.
Para ello es necesario contar con un compromiso no sólo del gobierno sino también de la sociedad y el que México pueda mejorar sus niveles educativos sustancialmente, no es una cuestión que tenga que esperar 50 años. Con un trabajo constante y enfocado puede lograrse en un periodo de tiempo mucho más breve.
“Otros países como Polonia han mejorado sus niveles educativos en menos de seis años”, finalizó.