Colocado en el centro del caso de los 43 normalistas desaparecidos e incinerados porque la orden partió del alcalde perredista José Luis Abarca, el PRD está jugando a ganar-ganar en Guerrero: polarizar la crisis para ofrecerse como solución o reventar el proceso.
Para ello, el PRD cuenta con la complicidad activa de los padres de los 43 normalistas y la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero, quienes se movilizan para entorpecer las elecciones en el entendido de que la suspensión de votaciones le beneficia al PRD.
La bandera de los padres de los 43 y de la CETEG es falsa, manipulada y hasta mentirosa: no fue el Estado ni el gobierno federal quienes secuestraron y asesinaron a sus hijos, sino que la orden partió del alcalde perredista para proteger a su esposa como precandidata perredista a sucederlo y operada por el jefe policiaco municipal también por órdenes de funcionarios municipales perredistas.
La lucha manipuladora de los padres de los 43 y de la CETEG también se percibe en su silencio ominoso y cómplice ante la designación como candidato a alcalde de Acapulco por el PAN de Zeferino Torreblanca, gobernador perredista de Guerrero en el sexenio 2005-2011. Los padres y los maestros guerrerenses han olvidado que Torreblanca fue el autor de la represión a normalistas de Ayotzinapa en diciembre de 2007, cuando les echó la policía y arrestó a una veintena de estudiantes.
Además, la consolidación del narcotráfico como grupo de poder en Guerrero fue justamente en el sexenio de Torreblanca. De ahí que haya sido hasta lógica la participación del alcalde perredista en Iguala y su esposa en la organización del grupo criminal Guerreros Unidos, que fue el responsable de secuestrar, torturar e incinerar a los 43 normalistas. Por tanto, la responsabilidad del PRD en la violencia, criminalidad y represión en Guerrero rebasó los saldos dejados por el PRI de los Figueroa.
Sin embargo, los padres de los 43 y la CETEG la han emprendido sólo contra el gobierno federal y obviamente contra el PRI.
Pero es la hora en que los padres de los 43 y la CETEG se han negado a hacer un planteamiento político sobre la responsabilidad institucional y moral del PRD en la represión en Guerrero: la candidata perredista a gobernadora, Beatriz Mojica, y el candidato perredista-panista a Acapulco, Torreblanca, fueron responsables directos como funcionarios estatales de la descomposición violenta y criminal en el estado. Mojica, inclusive, era secretaria de Desarrollo Social del gobierno de Ángel Aguirre justo en los días de septiembre del secuestro, tortura y asesinato de los 43 normalistas. Y Zeferino Torreblanca fue el responsable directo de ordenar la represión de normalistas en noviembre de 2007.
El juego del PRD parece muy claro: ganar las elecciones estatales con una pieza del cacicazgo político de Ángel Aguirre y con el perredista Torreblanca a través del PAN o reventar las elecciones si se van confirmando las tendencias de las encuestas a favor del candidato priista a gobernador Héctor Astudillo. El papel clave para ensuciar el proceso electoral de Guerrero para impedir la derrota del PRD se localiza en los padres de los 43 normalistas y en la CETEG.
Mientras los padres de los 43 normalistas y sus aliados de la CETEG no responsabilicen directamente al PRD del secuestro y asesinato de los estudiantes (el Tlatelolco de la izquierda mexicana), sus comportamientos violentos deberán entenderse como parte del juego doble del PRD para impedir las elecciones si las tendencias electorales siguen beneficiando al PRI. Y los estudiantes sacrificados tendrán que esperar otros tiempos para tener justicia porque sus padres y aliados andan manipulando electoralmente su asesinato.
(Por Semana Santa, Indicador Político descansa la próxima semana y regresa el lunes 6 de abril.)