Decenas de madres iniciaron esta semana una huelga de hambre en el centro de detención para familias inmigrantes de Karnes City, en Texas, Estados Unidos, para exigir a las autoridades su puesta en libertad y la de sus hijos.

 

“Hemos tomado la iniciativa de unirnos e iniciar una huelga de hambre para mostrar nuestra desesperación“, reza una misiva difundida hoy y firmada por 78 mujeres, todas las recluidas en el centro, aseguran.

 

El de Karnes City, ubicado a unos 80 kilómetros al sur de la ciudad de San Antonio,  es uno de los cuatro centros de detención para familias con los que cuenta Estados Unidos y que gestiona el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).

 

Los otros están ubicados en Dilley (Texas), Artesia (Nuevo México) y Leesport (Pensilvania), y en pleno rendimiento pueden albergar a cerca de cuatro mil inmigrantes indocumentados.

 

La mayoría de las mujeres detenidas provienen de Centroamérica y cruzaron la frontera durante el pasado año fiscal, en una oleada de indocumentados que provocó la decisión del gobierno estadunidense de reabrir estas instalaciones con el objetivo de disuadir nuevas llegadas.

 

“Deben saber que este es solo el comienzo. No pararemos hasta lograr nuestro objetivo. Esta huelga seguirá hasta que cada una de nosotras sea puesta en libertad“, aseguran en la carta estas mujeres, que tras cruzar la frontera pidieron asilo en Estados Unidos a causa de la violencia en sus países.

 

En la misiva, además, alertan de que las condiciones de vida en el centro “no son buenas” para sus hijos, que “no se alimentan bien y cada día pierden peso y su salud se deteriora”.

 

“Durante esta huelga de hambre ninguna madre trabajará en el centro de detención, tampoco enviaremos a nuestros hijos a la escuela y no utilizaremos ningún servicio de este lugar”, señalan.

 

El centro de Karnes City, que abrió en agosto de 2014 y está gestionado por la empresa privada GEO Group, ya ha estado en el ojo del huracán por diversos escándalos, entre ellos varias denuncias por abuso sexual de guardias a reclusas.

 

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), del que depende el ICE, abrió una investigación tras las denuncias pero concluyó que no había pruebas que las sustentaran.

 

El ICE, por su parte, negó tener ninguna constancia de la huelga de hambre en Karnes City.