Veinte años de trayectoria a sus espaldas, ocho como la modelo mejor pagada del mundo, decenas de portadas, campañas de publicidad y desfiles para Dolce & Gabbana, Valentino, Victoria Secret o Chanel y un sueldo de 47 millones de dólares al año. Con estas cifras, la brasileña Gisele Bündchen dice adiós a la pasarela y el mundo de la moda a uno de sus iconos más emblemáticos y rentables.

 

El próximo 13 de abril Bündchen, de 34 años, se despide en la semana de la moda de Sao Paulo, con el desfile de Colcci. “No esperaba durar veinte años”, dijo recientemente la brasileña, que se crió en una pequeña ciudad del sur del país y, además de sus trabajos como modelo, es una gran empresaria que cuenta con su propia marca de ropa interior, otra de sandalias y una línea de maquillaje ecológico.

 

Católica practicante, aficionada al yoga y muy apegada a su familia, Gisele saltó a la fama con relativa prontitud. Los dos momentos claves de su carrera fueron: un editorial para Vogue de Estados Unidos, en 1999, firmado por Irving Penn, titulado “La vuelta de la modelo sexy”, y un desfile de Alexander McQueen del mismo año en el que aparecía casi desnuda, y el diseñador la bautizó como “El Cuerpo”.

 

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