CIUDAD DEL VATICANO. Turquía anunció el domingo que retiró a su embajador ante el Vaticano después que el papa Francisco calificó la masacre de armenios por parte de los turcos otomanos como el “primer genocidio del siglo XX”.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía dijo que el pueblo turco no admite la declaración del papa “que es objeto de controversia en todos los aspectos y que se basa en prejuicios, lo que distorsiona la historia y reduce los dolores sufridos en Anatolia bajo las condiciones de la Primera Guerra Mundial a los miembros de una sola religión”.
Previamente, el gobierno turco dijo que las declaraciones del papa contradecían su mensaje de paz y diálogo durante una visita a Turquía en noviembre. El ministerio de Relaciones Exteriores dijo entonces que estaba por emitir una respuesta en la cual expresaría “gran desilusión y tristeza”.
También calificó el mensaje papal de discriminatorio por mencionar solamente los padecimientos de los armenios cristianos, no los de los musulmanes u otros sectores religiosos.
El papa exhortó a la comunidad a internacional a reconocer esas muertes como genocidio, provocando un diferendo diplomático con Turquía cuando las relaciones entre cristianos y musulmanes atraviesan una época difícil.
El presidente armenio Serge Sarkisian, quien asistió a la misa conmemorativa del centenario de la masacre en la Basílica de San Pedro, en una entrevista con The Associated Press elogió al pontífice por llamar a las cosas por su nombre, pero Turquía convocó inmediatamente a su enviado a la Santa Sede para expresar su malestar ante las declaraciones de Francisco.
“La declaración del papa, distante de las verdades históricas y legales, es inaceptable”, tuiteó el canciller turco Mevlut Cavusoglu. “Las posiciones religiosas no son lugares donde se hacen denuncias infundadas y se agita el odio”.
Francisco, que tiene lazos estrechos con la comunidad armenia argentina, dijo que era su deber honrar la memoria de hombres, mujeres, niños, sacerdotes y obispos, víctimas de la masacre “insensata” perpetrada por los turcos otomanos.
“Ocultar o negar el mal es permitir que una herida siga sangrando sin vendarla”, dijo al comienzo de una misa de rito católico armenio en la Basílica de San Pedro.
En un mensaje dirigido a todos los armenios, Francisco pidió a todos los jefes de Estado y las organizaciones internacionales que reconozcan la verdad de lo sucedido y se opongan a semejantes crímenes “sin ceder a la ambigüedad o el compromiso”.
Los historiadores calculan que alrededor de 1.5 millones de armenios fueron masacrados por los turcos otomanos en la época de la Primera Guerra Mundial y muchos lo consideran el primer genocidio del siglo XX.
Por su parte, Turquía se niega a hablar de genocidio, dice que las cifras son exageradas y que los muertos fueron víctimas de la guerra civil. Ha realizado campañas para impedir que los países, incluida la Santa Sede, lo califiquen de genocidio.
La embajada de Turquía en la Santa Sede canceló una conferencia de prensa prevista para el domingo, presumiblemente al enterarse de que el papa emplearía la palabra “genocidio”. La embajada no respondió a los pedidos de declaraciones.
Las palabras de Francisco provocaron una reacción inmediata en San Pedro, donde el titular de la iglesia Apostólica Armenia, Aram I, agradeció la condena expresa y recordó que el “genocidio” es un delito de lesa humanidad que exige reparaciones.
En una entrevista con la AP después de la misa, Sarkisian elogió a Francisco por “llamar a las cosas por su nombre”.
Reconoció la importancia de las reparaciones, pero dijo que “para nuestro pueblo, el asunto principal es el reconocimiento universal del genocidio armenio, incluso el reconocimiento por Turquía”.
Las reacciones en las calles de Estambul fueron mixtas. Algunos dijeron que apoyaban las palabras del pontífice, pero otros no.
“No apoyo el uso de la palabra genocidio por una gran figura religiosa con muchos seguidores”, dijo Mucahit Yucedal, de 25 años. “El genocidio es una denuncia grave”.
Varios países europeos reconocen que la masacre de los armenios fue un genocidio, aunque Italia y Estados Unidos, entre otros, evitan el término debido a la importancia que Turquía tiene para ellos como aliado.
La Santa Sede también atribuye gran importancia a sus relaciones con la nación musulmana moderada, sobre todo al exigir a la jerarquía islámica que condene las matanzas de cristianos por extremistas musulmanes en Irak y Siria.
Sin embargo, con estas declaraciones, Francisco demostró una vez más que está dispuesto a correr riesgos diplomáticos cuando se trata de asuntos que considera importantes.
No es el primer pontífice que habla de genocidio: ya lo hicieron san Juan Pablo II y el jerarca armenio Karenkin II en un comunicado en el cual mencionaron el “primer genocidio del siglo XX”.
El contexto de la declaración de Francisco fue significativo: la hizo durante una misa de rito armenio en la Basílica de San Pedro en el centenario de la matanza, acompañado por el patriarca católico armenio Nerses Bedros XIX Tarmouni, otros jerarcas cristianos armenios y el presidente Sarkisian, quien ocupó un lugar de honor en la basílica.
OBO