Los 329 mercados públicos del Distrito Federal no sólo padecen el auge de las grandes cadenas de autoservicio, sino que deben enfrentar la competencia en condiciones adversas como falta de inversión e infraestructura deficiente que los convierte en bombas de tiempo.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) confirmó que el incendio que se registró hace una semana en cuatro secciones de la Nave 4 de la Central de Abasto se debió a un corto circuito y al almacenamiento de material inflamable, como madera, papel, cartón y sintéticos.
No es la primera vez que un corto circuito genera un incendio en un mercado público: en febrero 2013, una falla eléctrica causó un siniestro que dañó la Nave Mayor del mercado de La Merced, ubicado en la delegación Venustiano Carranza. El año pasado por la misma causa se generó otro incendio en el mismo centro.
La Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) cuenta con diagnósticos de 160 mercados en los que la dependencia encontró que la reparación de instalaciones eléctricas es la principal demanda de los locatarios, con 17%. Le siguen el drenaje y la techumbre con 10 y 9%, respectivamente.
Asimismo la dependencia catalogó a 11 mercados con riesgo inminente, principalmente por que presentan deficiencias importantes en instalaciones eléctricas, de drenaje, agua y gas, además de que tienen fauna nociva.
De los 11 mercados en riesgo inminente, cuatro se encuentran en la delegación Venustiano Carranza: 20 de abril, Jamaica, Morelos y Valle Gómez; las fallas halladas son sobrecalentamiento del centro de carga, tomas de corriente desprotegidas y conductores eléctricos sin confinamiento.
En el mercado de La Merced, por ejemplo, los riesgos están dentro y fuera; un documento de la delegación Venustiano Carranza admite que el exceso del comercio en vía pública dificulta “la pronta intervención de los servicios de emergencia en caso de siniestro”.
En dicha demarcación se encuentran tres de los mercados más populares: Merced, Sonora y Jamaica, que en conjunto generan 100 toneladas diarias de basura, “lo cual convierte a la zona en una de las más conflictivas en aspectos de seguridad, transporte y comercio ambulante”.
Los otros mercados catalogado como “en riesgo inminente” son el Argentina, en la Miguel Hidalgo; Aculco y Sifón, en Iztapalapa; Pro-Hogar, en Azcapotzalco; San Juan de Aragón Unidad 1, en la Gustavo A. Madero, Lagunilla, en Cuauhtémoc, y Xochimilco Anexo, en Xochimilco.
Los locales que venden comida y emplean el uso de gas LP también representan un riesgo para los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) que se ubican en mercados públicos, de los cuales cerca de 100 de los 244 que hay en el Distrito Federal están en este tipo de centros de abasto.
Para este año, los 329 mercados del Distrito Federal contarán con 270 millones de pesos de inversión; en enero pasado el presidente de la Comisión de Abasto y Distribución de Alimentos de la ALDF, Rubén Escamilla, dijo que la inversión es importante pero insuficiente “porque para recuperar todos los mercados se necesitaría un gasto de dos mil millones de pesos”.