SEÚL. El presidente de EU, Barack Obama, y el jefe de Estado saliente ruso, Dmitri Medvédev, reconocieron ayer diferencias y tensiones en las relaciones entre los dos países, entre ellas en torno a Siria o la defensa antimisiles, pero prometieron que continuará la colaboración.
Ambos líderes se reunieron por espacio de noventa minutos, tiempo superior a lo previsto, en Seúl donde ambos participarán en la II Cumbre sobre Seguridad Nuclear.
En declaraciones a la prensa tras el encuentro, Obama indicó que los dos países tienen aún «trabajo por hacer» para resolver sus diferencias.
Pero subrayó, entre otras cosas, que los dos están de acuerdo en la necesidad de apoyar la propuesta del enviado especial de la ONU, Kofi Annan, para poner fin a la violencia en Siria y establecer un Gobierno «legítimo» en el país árabe.
Washington se ha mostrado muy crítico con el veto ruso a un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que hubiera impuesto sanciones adicionales al régimen de Bachar Al-Assad.
Acerca del programa nuclear iraní, el presidente estadunidense indicó que los dos estados apoyan las conversaciones para resolver la disputa de manera diplomática entre Irán y el grupo 5+1, los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, EU, Rusia, China, el Reino Unido y Francia más Alemania.
Se espera que la próxima reunión entre las partes tenga lugar el mes próximo en Estambul.
Ambos abordaron también el programa nuclear norcoreano, la gran sombra que pende sobre la cumbre, y la amenaza de Pyongyang de lanzar el mes próximo un satélite de observación sobre un misil de largo alcance.
Los dos presidentes, según el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, coincidieron en que el lanzamiento sería «una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU».
«Hay consenso en que actos provocadores como éste sólo aumentarán el aislamiento de Corea del Norte en el futuro», destacó el alto funcionario.
Por su parte, el presidente ruso declaró que pese a que persisten las diferencias en lo que respecta a la defensa antimisiles, EU y Rusia tienen tiempo para llegar a una solución.
Obama indicó, por su parte, que no podría haber deseado un socio mejor que Medvédev para desarrollar unas cálidas relaciones con Rusia y se despidió con un «buena suerte, amigo mío».
Según Rhodes, Medvédev «indicó que es también el punto de vista del presidente electo Putin el compromiso de Rusia para continuar» la colaboración con la Administración Obama. EFE