Chivas, superlíder, sí, pero con el orgullo apachurrado luego de caer en la final de la Copa MX nada menos que ante el Puebla de Cuauhtémoc Blanco. América, un caso un tanto similar. Muy finalista de la Conchachampions, pero con el plumaje maltratado luego de la felpa que el Querétaro de Ronaldinho les propinó el fin de semana pasado, sin olvidar que a media semana, en la final de la Liga de Campeones de Concacaf, apenas y pudo rasguñarle un empate al modesto Impact de Montreal.

 

Aunque eso sí, un Clásico con sabor, porque los últimos tres que se han jugado en el Omnilife han sido para las Águilas y ninguno para las Chivas.

 

Vaya que han cambiado las cosas desde el arranque del torneo hasta el choque entre capitalinos y tapatíos del próximo domingo. En el pasado enero América parecía imponente. Campeón del Apertura 2014 y ultrareforzado, lucía favorito e impacientes por medirse al Guadalajara que luchaba desesperado por salir de la zona de descenso.

 

Ahora, la tabla general parecería de cabeza. Chivas es líder; América y lucha en el lugar seis de la tabla por no salirse de puestos de Liguilla.

 

En el presente, los amarillos se escudan en el pasado, el mismo que dice que desde el 2011 se han jugado en el Omnilife cuatro veces y sólo el primero fue para Chivas con una goleada de 3-0. Pero el resto ha sido de brilloso amarillo con tres triunfos al hilo en la casa rojiblanca y un acumulado de siete goles a favor por ninguno en contra.

 

Chivas presume que habrá mayoría local en la tribuna, y más, apostaron con la directiva americanista que el equipo perdedor pagará el viaje de una familia completa a la próxima Copa América de Chile para ver al Tri.

 

Como sea, será un Clásico que dejará adolorido algo más que el orgullo del que muerda el polvo el próximo domingo, aunque para efectos prácticos no cuente más que los tres puntos que están en disputa.