BARCELONA. La preocupación se vio reflejada en el rostro de Rafael Nadal. Su prematura eliminación en el Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, tras caer ante el italiano Fabio Fognini (6-4 y 7-6), fue un duro golpe de realidad para el tenista español.

 

Ronald Garros está a la vuelta de la esquina, un evento que otorgará a los ganadores la nada despreciable cantidad de 1.9 millones de dólares y Nadal no llegará en su mejor momento. Atraviesa una crisis que él mismo reconoce y de la que buscará salir lo antes posible.

 

Nadal es el campeón vigente del torneo francés, cúspide de su carrera, el que corona la temporada de arcilla. Aún le faltan dos torneos previos al de Ronald Garros, el masters de Madrid y el de Roma.

 

“Estoy triste porque sentía que tenía la posibilidad de darle la continuidad al juego que había realizado en Montecarlo”, explicó y reconoció que jugó mal al no conseguir ser agresivo ante un rival que, en su opinión, “fue mejor”.

 

En este sentido, Nadal fue autocrítico con su derecha. “Al día de hoy, no consigo impactar la bola como la tengo que impactar. Si no quiero ser un jugador vulgar, mi derecha no tiene que ser vulgar”.

 

Nadal no parece haberse recuperado todavía de la lesión en la muñeca que lo apartó la segunda mitad del 2014. Ha dejado dudas desde su reaparición y, conforme avanzan los meses, se está confirmando como un jugador si no vulgar, como él dijo, al menos sí del montón.

 

Nadal ha sido el jugador más sobresaliente en la arcilla de los últimos 10 años y se le considera uno de los más grandes de la historia en esa superficie, por lo que su bajo rendimiento en los torneos que solía dominar, hace considerar al mundo del tenis si no está viviendo un declive prematuro a sus 28 años.

 

“No queda más remedio que aceptar (la derrota) o morir”, ya que quiere continuar para afrontar lo que queda de temporada. El español se irá a Mallorca a repasar lo que está saliendo mal, porque vienen tres torneos determinantes para las aspiraciones de este año de quien ahora es el tenista número cinco del mundo.