Sus medidas son 9 millones de seguidores en Instagram, 2 millones en Twitter y 1,76 metros de estatura. Es Cara Delevingne, tiene 22 años y con apenas media década en la pasarela es una de las modelos más influyentes de su generación, y este año se ha propuesto ampliar este éxito a la gran pantalla.
Fácilmente reconocible por sus frondosas cejas morenas y su cabellera rubia, Delevingne tiene cinco títulos en cartera a la espera de estreno, en marzo llegará el primero, “The face of an angel”, inspirada en el caso de Amanda Knox y en el que comparte plano con Daniel Brühl bajo las órdenes de Michael Winterbottom.
Perteneciente a una aristocrática y acaudalada familia londinense, la modelo se ha convertido en un fenómeno que combina el fichaje de firmas del lujo, con un imbatible éxito en las redes sociales generado por imágenes en las que aparece con actitud descarada y posturas poco favorecedoras, lengua fuera y ojos en blanco.
El fenómeno Cara Delevingne llegó a la pasarela hacia 2013, pero el cine, como la música (canta y toca la batería), siempre han estado entre sus objetivos.
A la conquista de la gran pantalla
La modelo estrenará los próximos doce meses otros cuatro filmes: el drama romántico “Tulip Fever”, el thriller “London Fields”, protagonizado por Johnny Depp; la producción adolescente “Paper Towns” y “Pan”, la nueva versión cinematográfica de Peter Pan, en la que encarna a una sirena.
Este movimiento de Delevingne, cuyo nombre se baraja como parte del reparto de la película de superhéroes “Suicide Squad” (2016), ha ido cobrado fuerza desde que en 2013 su cara comenzara a aparecer en reportajes de moda, valla publicitarias y marquesinas como imagen ubicua de Chanel, Burberry, TopShop, Mulberry, YSL, Tom Ford y Fendi.
Su versatilidad, igual la convierte en un dechado de sofisticación en la alfombra roja de la gala del Met con un sofisticado vestido de encaje negro de Burberry Prosum, que conquista miles de “me gusta” y “retuits” en las redes sociales con sus fotos en con vaqueros, chaqueta de cuero y acompañada por una mueca y una peineta.
La “modelo-celebrity”
La apabullante cifra de seguidores de esta modelo en redes como Instagram (acaba de superar los 9 millones, Obama tiene 3,5 y Lady Gaga 4,9) han convertido a Delevingne en el perfecto ejemplo de modelo-celebridad, un nuevo género alumbrado al calor de las redes sociales, que en 2013 se tradujo por una facturación diaria superior a 8.000 euros diarios.
Delevingne no cumple con los cánones de belleza establecidos y su gusto por afearse y por las muecas, tampoco se corresponden con la imagen de la modelo tradicional, ella misma se define como “tomboy” (chicazo), y por si fuera poco, desprecia el estrellato.
Pero en este acelerado carrera de éxito hay poco de improvisación, su hermana es Poppy Delevinge, una “it-girl” que hizo sus intentos como modelo y su familia está muy bien conectada. Su padrino fue Nicholas Coleridge, presidente de Conde Nast internacional (editora más influyente de revistas como Vogue) y su madrina es Joan Collins.
No hay día en que su actividad en redes sociales no sea motivo de noticias, bien sea porque se le caiga un sobre de plástico con un sospechoso polvo blanco o por los viajes y juergas que se corre junto a Kendall Jenner (hermana de Kim Kardashian), que le sigue los pasos en lo relativo a convertirse en la celebridad modelo del momento.
Con información de EFE