Muchas son las dudas que ya se han planteado sobre el ejercicio de un presupuesto “base cero” a partir de 2016 como lo ha decidido la secretaría de Hacienda.
Una de estas dudas –de las más importantes- tiene que ver con el marco jurídico y que ayer el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, IMEF, puso sobre la mesa. Por cierto, una reflexión que no debe pasar desapercibida.
Y es que para echar a andar un ejercicio presupuestal como éste se requieren realizar una serie de cambios y ajustes a una decena de leyes que tendrían que hacerse a todo vapor en los cuatro meses que restan antes de la presentación del ‘paquete económico’ en la primera semana de septiembre. Y claro, ello además de que el colosal ejercicio resulte en una verdadera propuesta de mayor eficiencia, de eliminación de duplicidades y de transparencia en el gasto público. Un asunto que se antoja imposible para este año.
Y es allí en donde se cuestiona la prisa por presentar un presupuesto bajo este ejercicio de “base cero”. De hecho ha levantado las cejas de analistas políticos y económicos que ven en esta decisión apresurada un mayor control político desde la secretaría de Hacienda a través del presupuesto público y una medalla ficticia para su titular. De allí que se preguntan si la premura por el presupuesto “base cero” no es acaso el arranque de la carrera hacia el 2018.
EL RELEVO EN AEROMÉXICO. Eduardo Tricio lo decidió tan pronto como se enteró de que Javier Arrigunaga dejaba la dirección general de Banamex. De hecho siendo consejero del grupo financiero tuvo la primicia y al día siguiente no vaciló en decirle a Arrigunaga su intención de ofrecerle la presidencia de Aeroméxico que él ocupaba.
Para Tricio el saliente director del banco era la persona ideal para ocupar la posición que él ya quería dejar. Y cómo no, si Javier Arrigunaga había seguido muy de cerca la estrategia corporativa de Aeroméxico, no solo como consejero de la línea aérea, sino también en su calidad de principal inversionista de la aerolínea desde que Banamex decidió adquirir una posición accionaria relevante cuando el gobierno de Fox la privatizó. Tricio llevó a Aeroméxico a nuevas alturas en un negocio complejo, pero con Lala tiene una tarea enorme por delante. Ahora será Javier Arrigunaga el nuevo capitán estratégico de la mayor aerolínea del país, con Andrés Conesa como director general. Será interesante ver cómo ésta dupla conformada por Arrigunaga –un abogado formado en el Banco de México- y Conesa –un economista formado en la secretaría de Hacienda- conducen a Aeroméxico hacia la consolidación de una agresiva expansión con nuevas inversiones a la que la llevó Tricio.
EL SENADO Y FICREA. En plenas campañas electorales las organizaciones de cajas de ahorro populares han hecho sentir la presión sobre los senadores que discuten la Ley de Ahorro y Crédito Popular y el virtual rescate a los ahorradores de Ficrea. Los diputados aprobaron un rescate de los inversionistas defraudados por Ficrea con recursos públicos, enviando una pésima señal en momentos en que se exige transparencia y eficiencia en el gasto de los recursos de los contribuyentes. La pregunta es si los senadores están en posición de enmendar este error.
Pero, tan grave como lo anterior, sería que aprobaran una regulación laxa a los intermediarios -del tamaño que sean- que captan dinero del público colocando en riesgo estos recursos para que sea el contribuyente quien, al final, pague los platos rotos como lo hemos visto ya en otras ocasiones. O, peor aún, abriendo la puerta para que se generen fraudes como el de Ficrea y tantos otros en el país.
Veremos la responsabilidad de los senadores para con los consumidores de los servicios financieros, más allá de las presiones electorales del momento.