BAGDAD. Los jefes de la diplomacia árabe confirmaron ayer en Bagdad su respaldo total al plan del enviado especial para Siria, Kofi Annan, aceptado por el régimen de Damasco, para buscar una salida al conflicto sirio.
Ese apoyo se refleja en el proyecto de resolución sobre el que trabajaron hoy los ministros para que mañana, jueves, sea aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno que asistirán a la Cumbre Árabe de Bagdad.
En una multitudinaria rueda de prensa tras la reunión del día de ayer, el ministro iraquí de Exteriores, Hoshiyar Zebari, explicó que “la novedad ahora es el acoplamiento de las posiciones árabe e internacional, que tal vez conduzca a la unidad de las dos posturas”.
Según el responsable iraquí, esa coordinación árabe con la comunidad internacional presionará más al Gobierno y a la oposición sirios para que cumplan con la iniciativa de Annan.
La propuesta de Annan busca un cese de las hostilidades en Siria bajo supervisión de la ONU, la puesta en libertad de los detenidos en las protestas antigubernamentales y el envío de ayuda humanitaria.
El subsecretario general de la Liga Árabe, Ahmed Ben Heli, subrayó en la misma rueda de prensa que todos los esfuerzos diplomáticos que se están llevando a cabo parten del plan de su organismo, que está en consonancia con la propuesta de Annan.
En los proyectos de resolución se pide al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, el fin “inmediato” de todo tipo de violencia, la protección de los civiles y garantías para que los ciudadanos puedan manifestarse libremente.
Siria no fue el único tema abordado hoy por los ministros, que también analizaron una borrador de resolución sobre el conflicto palestino-israelí, el desarme nuclear en la zona y la llamada Declaración de Bagdad, que defiende “la dignidad de los ciudadanos árabes y el respeto de los derechos humanos”, según explicó Zebari.
Y es que esta cumbre será la primera tras el estallido de la primavera árabe, que fue precisamente la causa de que la cita no se celebrara el año pasado.