WASHINGTON. Los estadunidenses parecen más flexibles en cuestión inmigratoria que lo que han preconizado los candidatos presidenciales republicanos en el pasado. Incluso la mayoría de los votantes republicanos en el país parecen inclinados a sufragar por alguien que proteja a millones de inmigrantes de la deportación, según una nueva encuesta.

 

La encuesta de The Associated Press-GfK halló que la gran mayoría de los republicanos desea un candidato que revoque la acción unilateral del presidente Barack Obama que protege de la deportación a los inmigrantes en situación irregular. Pero la mayoría aceptaría votar por alguien que mantuviera esa política en vigencia.

 

La encuesta fue realizada antes de que la aspirante a la candidatura demócrata Hillary Clinton resaltara la diferencia entre permitir la legalización de la residencia de inmigrantes que están sin autorización —cosa que apoyan algunos republicanos— y permitirles obtener la ciudadanía, lo que ella propone. La encuesta indica que la gente no ve mucha diferencia.

 

“Este país siempre ha tenido puertas abiertas”, afirmó Dean Talmadge, un republicano de un suburbio de Seattle. “No tengo problema con la inmigración siempre y cuando estén aquí trabajando y respetando las reglas”.

 

Ese es un sentir que comparte la mayoría de los estadunidenses quienes, según la encuesta, están en favor de permitir la naturalización por 53% contra 44%. No hubo gran diferencia cuando se les preguntó si apoyaban una vía de legalización excluyendo la ciudadanía: 50% la apoyaron por 48% en contra.

 

Las declaraciones de Clinton el martes estaban dirigidas a los votantes hispanos, quienes apoyaron por gran mayoría a Obama en 2012, especialmente en estados disputados como Florida, Colorado y Nevada, donde los hispanos forman un bloque influyente.

 

La ex secretaria de Estado dijo que ampliaría la acción ejecutiva de Obama, que protegió de la deportación a muchos inmigrantes jóvenes traídos al país de niños, junto con los padres de ciudadanos y residentes permanentes.

 

En la encuesta, 6 de cada 10 estadunidenses y 4 de cada 10 republicanos apoya dichas medidas de la política de Obama. Los estadunidenses en general se mostraron divididos por partes iguales acerca de si preferían un candidato que mantuviera o revocara la acción ejecutiva.

 

“No tengo objeción si desean obtener la ciudadanía mientras están aquí”, comentó Darlene Harmison, una republicana de Colfax, Iowa, un pueblo rural al este de Des Moines. “No digo que hay que enviarlos a todos de regreso. Pero estoy de acuerdo en que deben hablar inglés”.

 

La mayoría de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana apoya permitir la permanencia de las personas que viven sin permiso en el país mientras buscan legalizar su estatus. Sin embargo, se abstienen de ofrecer la naturalización, aunque un número reducido de ellos no lo descarta como una perspectiva a futuro.

 

Las posiciones de esos precandidatos, que a veces son cambiantes y no siempre pormenorizadas, parecen reflejar lo que las encuestas consideran una aceptación frágil entre el electorado republicano de las políticas que han causado problemas a aspirantes anteriores de esa fuerza política.

 

Tres cuartas partes de los electores republicanos dijeron en la encuesta que preferirían votar en 2016 por un candidato que revoque las medidas migratorias de Obama, proporción que supera las dos terceras partes de quienes dijeron oponerse a que se conceda a los inmigrantes una ruta hacia la ciudadanía o la legalización.

 

Aún así, 55% de los electores republicanos preferirían un candidato que apoye la política de Obama o dicen que podrían votar por quien lo haga si están de acuerdo con él en otros temas.

 

Incluso entre los republicanos conservadores, casi la mitad —47%— cuando menos pudieron imaginar que votarían por alguien que dé continuidad a las medidas de Obama.

 

En 2006, el senador republicano John McCain, que apoyó una iniciativa bipartidista que incluía una opción para la ciudadanía, quedó sorprendido del revés que le propinaron los electores que simpatizan con su partido en los estados donde dan inicio las elecciones primarias cuando comenzó a buscar la candidatura presidencial.

 

“Sin duda la iniciativa no fue bien recibida por ciertos segmentos de nuestro electorado”, dijo David Roederer, director de campaña de McCain en Iowa en 2008.

 

En fecha más reciente, el senador de Florida, Marco Rubio, aspirante a la candidatura presidencial republicana, tuvo que retroceder ante el grupo conservador Tea Party después de que fuera coautor de un proyecto de ley que preveía conceder con el tiempo una opción para la ciudadanía a inmigrantes que reunieran ciertas condiciones.

 

La iniciativa fue aprobada en el Senado pero no en la Cámara de Representantes en un resultado que convenció a Rubio de que la política de inmigración tendría que ser modificada gradualmente.