El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) señaló que la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayoptzinapa se encuentra fragmentada, esto debido a que las 13 causas penales desprendidas del caso se encuentran en seis juzgados de cinco ciudades distintas, mientras que los implicados se encuentran en prisiones de tres ciudades diferentes.
“El caso se encuentra en 13 causas, en seis juzgados diferentes. Entendemos que la legislación mexicana permite que esto suceda, pero también permite la acumulación, por lo que pedimos que se acumulen para que una vez que se dé a conocer la individualidad de los hechos, porque los hechos en la realidad ocurren como prorroga, no fragmentados como están siendo enjuiciados”, dijo Claudia Paz, integrante del GIEI.
Las complicaciones de tener un caso tan disperso son: carecer de una visión integral de los hechos; dificultad para el encuentro de los consignados con sus familiares y representantes legales; genera riesgo de pérdida de evidencia para hechos conexos y aleja a las víctimas de la justicia.
Otro de los expertos, Carlos Beristain, dijo que siguen gestionando entrevistas directas con personal del Batallón 27, luego de que la Procuraduría General de la República se las negara por no cumplir con las condiciones legales.
“A un mes y medio de la solicitud, el GIEI reitera la importancia de realizar estas entrevistas de manera directa para completar la investigación, por lo que espera la cooperación de todas las partes para llevarlas a cabo en la próxima visita (a realizarse del 20 al 27 de mayo)”, dijo Beristain.
Otra de las solicitudes de entrevista que solicitaron fue con la esposa del ex alcalde de Iguala, María de los Ángeles Pineda Vila, esto para tener la versión de todos los implicados en la desaparición de los estudiantes.
En su pasada visita al país, el Grupo de Expertos entrevistó a 16 de los implicados que se encuentran detenidos en el Cefereso 4 de Tepic, donde algunos de ellos les manifestaron que sufrieron malos tratos, torturas y violaciones al debido proceso.
“Hubo diferencias entre las diversas personas que entrevistamos en la prisión, hubo un grupo relativamente numeroso de los 16 que entrevistamos sí nos dijo que habían recibido malos tratos y torturas”, comentó Beristain, pero pidió ser cautelosos con estas declaraciones pues falta corroborarlas con otra evidencia.
Como parte de la investigación, tanto ellos como las autoridades mexicanas y familiares siguen a la espera de los resultados de los análisis de ADN de la Universidad de Innsbruck. Esa institución académica recibió el año pasado material que presuntamente eran las cenizas de los estudiantes, pero sólo uno ha sido identificado, debido a que el estado de los restos ha impedido los avances.