De pronto no podemos levantarnos del sillón, queremos ver todos los capítulos posibles de nuestra serie favorita hasta culminar con alguna temporada; otras veces, llegamos más lejos. Para todo esto, hay una explicación científica que indica: somos adictos a las historias que se producen para la pantalla chica, sin sentir culpa alguna.

El control absoluto por parte del director con los personajes, los movimientos de imagen rápidos, la violencia y el sexo gráficos son los recursos empleados por parte de las productoras para lograr que los espectadores se enganchen de manera incondicional a la historia en turno.

El sitio Healthland analizó y estudio las bases científicas de estas características en los televidentes y los resultados que encontraron fueron sorprendentes:

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El control

La serie House of Cards es un excelente ejemplo de cómo el director puede tener la atención del espectador con diálogos y actitudes que te involucran por completo. Cuando el actor Kevin Spacey se dirige directamente a los televidentes, la atención crece. Según una investigación publicada en Projections, cuanto más control obtiene un director sobre una escena, esta se vuelve más adictiva. Un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton compararon imágenes por resonancia magnética funcional de los cerebros de espectadores que vieron escenas de la película El bueno, el malo y el feo (1966), El show de Larry (2000) y el episodio Bang, bang; estás muerto (1961), del programa de Alfred Hitchcock. La actividad del 65% de las cortezas cerebrales de todos los participantes estuvo sincronizada durante las escenas de Bang, bang; estás muerto.

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¿Qué sigue?

Quizá esta es una de las razones más obvias y está claro que es una de las tácticas más empleadas por parte de los realizadores, siempre va a funcionar el hecho de que el espectador de quede con ganas de más cuando algún episodio termine justo en un momento trepidante. Al final de la segunda temporada de Sherlock, el personaje supuestamente se muere, sólo para ver cómo su amigo, el Dr. Watson, lamenta su muerte frente a su lápida. Pero, ¿en realidad murió o no? Ese recurso ya es una tradición en las entregas por tele.

 

Violencia

El Consejo de Padres de Familia sobre la Televisión, en Estados Unidos, señaló que “algunos de los programas con mayor violencia para mayores de 14 años, tienen niveles de violencia similares a los de los programas de televisión de cable para mayores de 18 años. Los televidentes se inclinan más por las películas sangrientas y con violencia si piensan que esta tiene un significado más profundo, como la venganza o la justicia, según un estudio reciente de investigadores de las universidades de Augsburg, Alemania, y la de Wisconsin-Madison, en EU. A pesar de la polémica que se ha generado por explicar si la violencia en los medios, como series, caricaturas y videojuegos provoca que las personas se vuelvan más violentas, las producciones siguen llegando con nuevos productos y para muestra: Breaking Bad; la historia de un indefenso profesor de química, diagnosticado con cáncer, que se convierte en un temerario traficante de metanfetaminas.

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Cambios veloces

Cuando los cuadros de imagen cambian rápidamente, como por lo regular sucede en las tomas de acción, nuestro cerebro pone más atención que de costumbre, pues biológicamente reaccionamos más a los movimientos rápidos. Esto sería lo que se conoce como reflejos. Robert Kubey, un psicólogo y profesor de medios periodísticos de la Universidad Rutgers dijo a Healthland: “estamos hablando del rápido corte de escenas o el montaje rápido. En el medio de la publicidad y la promoción de canciones de grupos o solistas tal estrategia ha funcionado muy bien y ahora se encuentra este aspecto por cualquier parte.

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Sexo

El chiste se cuenta solo. Los seres humanos respondemos de inmediato cuando se trata de temas sexuales. Desde que nacemos esto es un aspecto que se debe tratar con mucho cuidado y que tiene muchas restricciones a su alrededor. “No sorprende que un hecho tan natural como lo es la sexualidad, nos cause tanto morbo y sea una excelente materia prima para los amantes de las series por televisión.