Entre los planes de reestructuración de GEO –la que fuera la mayor constructora de viviendas de interés social– está el ofrecer acciones, y no la devolución de su dinero, a aquellos clientes que no recibieron su vivienda luego del debacle financiero de la empresa.
Clientes de distintos desarrollos de GEO solicitaron la devolución de anticipos y pagos hechos por una casa, que la viviendera no terminó construir por falta de liquidez.
Además, la empresa tampoco contó con los recursos para pagar las garantías por vicios ocultos en varios de sus desarrollos de vivienda y que, en algunos casos, estos desperfectos se trataron de fallas estructurales.
“Todos aquellos que dieron anticipos para una casa, tienen opciones. Primero, que respetemos el anticipo de nuestros clientes y entregar la casa una vez reanudemos la construcción de desarrollos. La segunda es que el cliente que quiera una devolución, reciba una parte proporcional de acciones conforme a los acreedores comunes”, dijo a 24 HORAS, Fernando del Castillo, asesor legal de GEO.
La compañía precisó que el pago de las garantías para restaurar viviendas con desperfectos iniciará en cuanto tenga liquidez –recursos- con el plan de reestructuración que contempla una inyección de capital nuevo por tres mil 500 millones de pesos a través de Sólida Banorte y Capital Inmobiliario a mediados de este año.
GEO indicó que recibieron casi mil quejas a través de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en 2014. Además, la dependencia, encabezada por Lorena Martínez, actualmente tiene dos acciones colectivas en contra de la viviendera. En una de ellas 152 consumidores solicitan el reembolso de anticipos, y en la otra, 40 dueños reclaman la reparación de fallas estructurales en un desarrollo en la capital del país.
De acuerdo con información del buró comercial de la Profeco, en lo que va del año, se registraron 67 quejas contra esta empresa; en 2014 la viviendera recibió 605 quejas de las cuales 305 están en trámite.
Por un lado, GEO estudia la opción de incluir a clientes que han quedado en la incertidumbre desde que la empresa inició su declive en 2013 en su plan de reestructuración que inicialmente sólo incluía a acreedores financieros y proveedores, y por el otro, reanudar sus obligaciones con sus clientes una vez que tenga liquidez.