La tasa de interés es el precio que se paga por el uso del dinero durante un determinado periodo de tiempo. Parece muy complicado, pero en realidad no lo es tanto.
El origen de la tasa de interés se remonta a etapas anteriores a la Edad Media donde el interés llegó a ser mal visto por considerar que era un atentado contra la divinidad. De hecho, su cobro se estableció como “pecado de usura”.
No obstante, esa idea se modificaría con el paso del tiempo, al punto de que actualmente se considera un detonador de la economía, ya que facilita el consumo y como consecuencia la demanda de productos. Otro aspecto importante es que las tasas de interés altas favorecen el ahorro y frenan la inflación.
Las tasas de interés no son un número cualquiera que se dicte al azar, se encuentran reguladas por Banco de México quien toma como referencia diversos aspectos económicos nacionales e internacionales con los cuales se determinan los porcentajes de las principales tasas, como las activas, pasivas y preferenciales. Hay características para cada una de ellas.
• Tasa de interés activa: Es el porcentaje que las instituciones bancarias, de acuerdo con las condiciones de mercado y las disposiciones del Banco de México, cobran por los diferentes tipos de crédito, como tarjeta de crédito, créditos hipotecarios, etc.
• Tasa de interés pasiva: Es el porcentaje que paga una institución bancaria a quien deposita dinero en algunos tipos de cuentas como cuentas corrientes con o sin chequera o bien inversiones certificado de depósito o pagarés con rendimiento liquidable al vencimiento
• Tasa de interés preferencial: Es un porcentaje inferior al “normal” que se cobra a los préstamos destinados a actividades específicas o sectores que los organismos gubernamentales desean promover, con el objetivo de incentivar alguna actividad económica en particular: Agricultura, Ganadería, PYMES, etc.
La importancia de las tasas de interés es que nos permiten conocer el rendimiento que nos dará la cuenta de depósito o inversión, así como conocer el costo del capital que se nos cobrara por el crédito solicitado.
Por ejemplo, si se quiere invertir, hay que fijarse en qué banco se obtiene la mayor tasa por el dinero que se deja en una cuenta por un determinado tiempo; o si se tiene una tarjeta de crédito, hay que fijarse qué banco cobra mayor tasa de interés cuando no se paga a tiempo. Estos datos son relevantes para un buen manejo y control de las finanzas personales, además de que permiten decidir la institución del sector financiero que más conviene a cada persona, a fin de obtener una mejor tasa. De hecho, se pueden verificar las diferencias que hay entre las tasas que ofrecen los bancos y otras instituciones financieras en el portal de la Condusef.