NUEVA YORK. Cuando me di cuenta de que estaba pagando seis tarjetas de crédito y no bajaba mi deuda, decidí consolidarla, al igual que muchos consumidores. Visité a mi banco y solicité un préstamo de 15 mil dólares, pero el interés que me ofrecía era mayor al que me cobraban las tarjetas.
Fue entonces que busqué en internet y descubrí un nicho creciente en la llamada economía compartida conocido como préstamos entre particulares, un sistema donde inversionistas aportan a un fondo que brinda créditos a personas como yo.
Primero acudí con la empresa Upstart, quien me prestaba el dinero pero a intereses muy altos. Luego me acerqué a Prosper, la segunda del sector, y en cinco días ya tenía mi dinero.
Nunca visité una sucursal u oficina. Y la tasa de interés menor a 9% mejora por mucho el 13% que ofrece mi banco. Pero quería saber más. ¿Quiénes son estos particulares y por qué pensaron que yo era un buen sujeto de crédito?
Este mercado permanece bajo el radar de la mayoría de los reguladores, a diferencia de corporaciones que cotizan en Wall Street como Blackrock o Goldman Sachs. Los préstamos entre particulares (“peer-to-peer lending”) todavía necesita ponerse a prueba en caso de crisis y los analistas opinan que representan un gran riesgo para los inversionistas.
Decir que es de “particular a particular” es un poco desconcertante. Aunque sí hay particulares que prestan, la mayoría de los recursos provienen de fondos de riesgo, aseguradoras o empresas de inversión, o de asesores acaudalados.
Prosper, al igual que el resto en el sector, ven un crecimiento exponencial. La empresa con sede en San Francisco generó 600 millones de dólares a partir de créditos en los primeros tres meses de este año, el triple que en 2014.
Otras empresa en el sector son Lending Club, que comenzó a cotizar en bolsa en diciembre, y espera que sus créditos crezcan 100% año con año. Upstart se especializa en préstamos para deudores jóvenes con historial crediticio limitado, y OnDeck, se enfoca en los pequeños negocios.
Los préstamos entre particulares pueden cobrar menos que los bancos tradicionales porque sus gastos son bajos. Y esto también hace bajar sus tasas. Por ejemplo, los créditos de Prosper costaron en promedio 16.8% en 2013 y este año están en 13.3%.
Uno de mis acreedores es Don Davis, cuya empresa Prime Meridian Capital Management, posee 10% de mi deuda. Su empresa llegó a este sector en 2012 y para 2014 ya había tenido un retorno capital de 8.4%.
Al igual que muchos inversionistas, a Davis le atrajeron los préstamos entre particulares porque otros tipos de deuda, como los bonos, han perdido atractivo porque tienen rendimientos por los suelos.
¿Cómo se compara el 9% de interés que cobran los préstamos particulares? Los bonos de muy alto riesgo ofrecen poco más de 6%; los títulos del gobierno estadounidense rondan el 2% y los más seguros dan entre 0,93% y 1,50% de rendimiento en tres años. En contraste, los acreedores cobran desde 6% a 30% de interés, según el nivel de riesgo de los solicitantes.