México está entre los países con mayor desigualdad salarial de la OCDE, superado solo por Chile, según un informe presentado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
“Aunque la desigualdad descendió hasta la mitad de los años 2000, ha vuelto a crecer a partir de la reciente recesión”, apunta la OCDE en su informe, donde se destaca que solo en 2012 el salario medio del 10 % más rico de México era 30,5 veces mayor que el del 10 % más pobre.
El datos supera al ratio de desigualdad de 22 a 1 registrada en México en los años ochenta, pero inferior a la brecha de 33,5 a 1 de mediados de los noventa, precisa el estudio “Juntos en ello. Por qué una menor desigualdad nos beneficia a todos”.
En lo que respecta a los salarios, la crisis económica ha afectado con mayor virulencia a los más pobres de México: mientras que entre 2010 y 2012 los ingresos medios por hogar en México se mantuvieron casi inalterados, los sueldos entre el 40 % más pobre de la población cayó un 3 %, indicó la OCDE.
“En términos reales, los ingresos medios del 10 % más pobre en 2012 eran inferiores a los de 1984”, subrayó esa organización.
La pobreza relativa, entendida como aquellos que aún trabajando no alcanzan un nivel de ingresos superior al 50 % de la media, también ha vuelto a crecer en México. Descendió de manera continuada desde 1996, pero volvió a incrementarse a partir de 2007.
Si se toman como referencia los niveles justo anteriores a la crisis, la pobreza se ha incrementado en México en 3,5 puntos porcentuales y, al contrario que en la mayoría de los 34 Estados representados en la OCDE, la pobreza también aumentó entre los mayores.
“Los ancianos siguen siendo el grupo de edad con mayores índices de pobreza y, al mismo tiempo, la pobreza entre los niños también es alta, la segunda más elevada de la OCDE después de Turquía”, agrega el informe de la organización.
En los últimos años, México ha aplicado políticas que la OCDE considera van en la buena dirección, como los impuestos indirectos en las transacciones públicas, pero en otros aspectos el país muestra un retraso considerable respecto de sus iguales.
“En 2012, México gastó el 8 % de su producto interior bruto (PIB) en sanidad y educación. Más que Perú, pero menos que Brasil y la media de los países de la OCDE, que fue del 11 %”, agregó la organización que lidera Ángel Gurría, ex secretario de Hacienda y Crédito Público de México (1998-2000).
Las capas más desfavorecidas de la sociedad mexicana son vulnerables a la adversidad económica, añade la OCDE, que aboga por implementar políticas sociales como el programa Cruzada Nacional Contra el Hambre, iniciado en 2013.
Otros de los problemas sobre los que la OCDE recomienda a México que actúe son las desigualdades educativas o la “informalidad” del mercado de trabajo, sin seguro social ni pensiones.
Las autoridades de ese país, a juicio de la OCDE, deberían centrarse en cuatro ejes: promover la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo, generar puestos de trabajo de calidad, reforzar la calidad de la educación e incrementar la formación continua durante la vida laboral.
“Hemos alcanzado un punto de inflexión. La desigualdad en los países de la OCDE está en su nivel más alto desde que existen registros. Las pruebas muestran que la alta desigualdad es mala para el crecimiento”, declaró Gurría en un comunicado.
El estudio de la OCDE señala a Chile, México, Turquía, Estados Unidos e Israel como los países desarrollados con más desigualdad, frente a la mayor armonización salarial de Dinamarca, Eslovenia, República Checa y Noruega.
“Al no atacar las desigualdades, los gobiernos cortan el tejido social de sus países y dañan el crecimiento económico a largo plazo”, subrayó Gurría.
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