CIUDAD ACUÑA. No había alerta, según las autoridades. Un tornado categoría 4 con vientos arriba de los 200 kilómetros por hora, azotó el sueño de los habitantes de Acuña, al norte de Coahuila. No duró más de medio minuto.
El alcalde Evaristo Lenin Pérez dijo que apenas unos seis segundos. Lo suficiente para matar a 13 personas -10 adultos y tres menores-, lesionar a más de 200 y sacudir más de 850 casas, en algunos casos -80 casas- hasta volverlas polvo.
La hora oficial de la formación del fenómeno meteorológico fue las 6:03 de la mañana, después de intensas lluvias que habían caído en la ciudad. Después, las imágenes eran coches encima de las casas, viviendas hechas cenizas, camiones volcados, infraestructura eléctrica y de comunicaciones destrozada, espectaculares clavados en los autos, edificios con boquetes…
La información oficial es que el tornado entró por la parte sur de Acuña, vapuleando principalmente en las colonias Altos de Santa Teresa, Santa Rosa y Las Aves, barrios populares donde la mayoría de sus más de dos mil habitantes son obreros o trabajadores de alguna maquila. La mayoría, pues, tenía casas pequeñas, de interés social; casas que, cuando los automóviles quedaron en 90 grados, rebasaban por más de la mitad el alto de las viviendas.
Acuña tiene una población de apenas 180 mil habitantes. Según Evaristo Lenin Pérez Rivera, alcalde de Acuña, la mayoría de las personas que fallecieron estaban fuera de sus casas a la hora del fenómeno. “Un menor que venía en un porta bebé fue catapultado y no se ha podido localizar”, comentó el presidente municipal. Suman tres desaparecidos. Una madre y sus dos hijos murieron aplastados cuando la casa se vino abajo.
El tornado categoría 4 es considerado la segunda de mayor potencia según la escala Fujita-Pearson. Se caracterizan por velocidades en el viento que alcanzan hasta 420 kilómetros por hora y son considerados como devastadores por su capacidad de levantar locomotoras y camiones de 40 toneladas.
Los gobiernos de Coahuila y de Acuña habilitaron 7 refugios para albergar a las más de 700 familias damnificadas por el tornado. “No están solos”, refirió el gobernador Rubén Moreira, quien se comprometió a la reparación de los bienes materiales.
La principal demanda en Acuña fue la de vehículos, pues las ambulancias no se daban abasto para atender a los cientos de lesionados. Además, cientos de vehículos quedaron destrozados, al menos 50 fueron pérdida total. “Más de 60 vehículos fueron bajados de los techos, incluso camiones de transporte de personal”, acotó Lenin Pérez.
El tornado también dejó sin energía eléctrica a cuatro mil usuarios en tres colonias. En la zona de impacto se necesitarán por lo menos 48 horas para restablecer la luz.
Se implementó el Plan DN3 para auxiliar a la población civil en casos de desastres. Además, el gobierno de Coahuila adelantó que ya se solicitaron recursos del Fondo de Desastres Nacionales (Fonden) para atender la contingencia. La Secretaría de Gobernación declaró zona de emergencia a Acuña.
En abril de 2007 fue el último tornado que piso suelo coahuilense, en aquel entonces en el municipio de Piedras Negras, a unos 30 minutos de Acuña. Aquella vez fueron tres las personas fallecidas.
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