ELMAU. Meses después de que el presidente Barack Obama, anunciara acciones de alivio migratorias, el mandatario se declaró “frustrado” por el último revés sufrido para regularizar a cinco millones de inmigrantes indocumentados, después de la negativa de un tribunal de apelaciones a levantar la suspensión que hay sobre ellas desde febrero.

 

“Estoy convencido de que lo que estamos haciendo es legal”, dijo Obama sobre esas medidas ejecutivas, en la conferencia de prensa que ofreció al término de la cumbre del G7 en Alemania.

 

No obstante, el presidente recordó a los indocumentados que no se van a aceptar solicitudes para optar a esas medidas “hasta que se aclare la situación jurídica” en torno a su aplicación.

 

“Estamos siendo tan agresivos como podemos legalmente”, enfatizó Obama.

 

A finales de mayo, el Tribunal de Apelaciones de Nueva Orleans (Luisiana) desestimó un recurso de urgencia del Gobierno y mantuvo la suspensión de las medidas, dictada en febrero por el juez federal de Texas Andrew Hanen a petición de 26 estados, en su mayoría gobernados por los republicanos.

 

En respuesta, el Departamento de Justicia anunció que no buscará amparo en el Tribunal Supremo para ejecutar las medidas, sino que se concentrará en defenderlas en una audiencia en esa corte de Nueva Orleans programada para el próximo 6 de julio.

 

Las medidas anunciadas en noviembre por Obama buscan evitar que cerca de 5 millones de indocumentados que cumplan ciertos requisitos sean deportados a sus países de origen, al tiempo que dan prioridad a la expulsión de los que hayan cometido delitos o sean un peligro para el país.

 

Ayer Obama volvió a enfatizar que la solución pasa por la aprobación en el Congreso de una reforma migratoria integral.

 

“Creo que la mayoría de los estadounidenses todavía quieren que eso suceda. Sospecho que será un tema importante de la próxima campaña presidencial”, indicó Obama, quien está en su segundo mandato y dejará la Casa Blanca dentro de un año y medio.