Militantes armados del grupo terrorista Estado Islámico (EI) atacaron de manera deliberada a civiles en un atentado que el 25 de junio pasado causó la muerte de más de 230 personas en Siria, denunció hoy Human Rights Watch (HRW).
En un informe difundido este viernes, el grupo de defensa de los derechos humanos destacó que la ofensiva en y alrededor de la ciudad de Kobani causó la muerte de entre 233 y 260 civiles, además provocó heridas a 273 personas.
Testigos entrevistados para el informe revelaron que los atacantes fueron identificados como miembros del EI, pese a que éstos se vistieron con los uniformes de los grupos que los combaten en la ciudad de Kobani.
Los atacantes mataron a los civiles con armas que incluyeron rifles de asalto, ametralladoras y en algunos casos cuchillos y granadas, de acuerdo con testigos y autoridades.
“Los sobrevivientes describen un frenesí asesino cuyo objetivo principal era aparentemente aterrorizar a los residentes locales”, afirmó la investigadora de terrorismo y contraterrorismo de HRW, Letta Taylor.
“De acuerdo con todos los recuentos, este fue un ataque planeado contra la población civil de la zona”, enfatizó.
El ataque comenzó alrededor de las 04:00 horas del 25 de junio pasado, cuando los atacantes detonaron tres carros bombas en los perímetros de la ciudad, luego recorrieron la urbe en automóviles blancos o a pie, matando a las personas que huían o buscaban un refugio seguro.
El informe denunció que algunos atacantes siguieron a los civiles a sus hogares para matar a un gran número de sus familiares, de acuerdo con testigos, activistas locales y parientes de las víctimas.
Los atacantes estaban vestidos con uniformes parecidos a los de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que son las fuerzas que controlan Kobani, así como con ropa similar a la del Ejército de Liberación Sirio.
HRW reveló que francotiradores apostados en las azoteas de la ciudad dispararon contra civiles que trataban de recuperar los cuerpos de los muertos y heridos, además otros militantes tomaron a docenas de civiles como rehenes.
Los recuentos apuntan a que la mayoría de los civiles asesinados son de origen kurdo, que es la mayoritaria composición étnica de Kobani.
“El deliberado ataque contra civiles en Kobani es un urgente recordatorio de que todos los países deben fortalecer las medidas para debilitar a grupos militantes armados como EI”, dijo Taylor.
“Es igualmente importante que todas las medidas que tomen sean legales para no perpetuar los ciclos de violencia”, recomendó.