Después de 76 años, la apertura del sector petrolero mexicano a la iniciativa privada arrancó con la entrega de dos de los 14 contratos para explorar y explotar yacimientos de crudo en aguas someras del Golfo de México.

 

En una sesión histórica que duró poco más de seis horas, y que fue transmitida en vivo, funcionarios de la Comisión Nacional de Hidrocarburos recibieron uno a uno los 126 sobres de 9 de los 25 participantes que habían sido precalificados. “No presenta propuesta” fue la frase repetida por Juan Carlos Zepeda, consejero presidente de ese organismo. Sólo 11 de los sobres contenían una oferta económica.

 

Al final, de los 14 bloques subastados, sólo dos fueron adjudicados, esto es 14%, un porcentaje por debajo de la expectativa de la Secretaría de Energía (Sener), que había anticipado con base en la experiencia internacional la asignación de entre 30% y 50% (es decir, entre cuatro y siete contratos).

 

Los bloques adjudicados fueron el 2 y 7, ambos al consorcio formado por la mexicana Sierra & Oil, la estadunidense Talos Energy y la inglesa Premier Oil. Esto equivale a una inversión de 2 mil 600 millones de dólares, 16% de los 16 mil millones de dólares que se esperaban en total para esta inédita primera licitación de la Ronda Uno.

 

La Secretaría de Hacienda, presentó 14 sobres con los precios mínimos de la licitación de cada bloque. Como toda subasta tiene un precio mínimo, esta primera tuvo dos variables de licitación con una ponderación de 90% el porcentaje de utilidad que se le ofrece al gobierno del proyecto -antes de impuesto- y en la otra variable de licitación, con una ponderación de 10 por ciento, es un compromiso de inversión adicional al mínimo establecido en las bases de licitación.

 

Pozos

 

La Secretaría de Hacienda define un precio mínimo para las dos variables, que pueden ser distintos porque las características geológicas, de prospectiva, de riesgo, etcétera, son distintas.

 

Es claro que para un bloque que tenga mucho mejor prospectividad, que tenga mayores niveles de reservas potenciales se piense en un mínimo que sea más alto que para un campo que no sería tan atractivo o que tenga mayor riesgo.

 

En el establecimiento de los mínimos, sí se consideraron las características particulares de cada uno de los bloques.

 

Arranque lento 

 

Este “arranque lento” es por factores como el bajo precio del petróleo, lo que afecta al flujo de capital de las empresas petroleras para invertir en nuevos proyectos. El otro factor es que varias empresas tomaron la primera licitación para conocer la mecánica del proceso con miras a las siguientes cuatro licitaciones de la Ronda Uno, explicó Zepeda al final de la lectura de las propuestas.

 

“Recordemos que tenemos cinco procesos de licitación, este proceso de aprendizaje para las empresas que no presentan propuesta económica, sin duda las estaremos viendo en esta misma Ronda Uno pero en licitaciones posteriores”, añadió Zepeda.

 

Sobre cómo mejorar los resultados de las próximas licitaciones, la subsecretaria de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía, Lourdes Melgar, dijo que de inmediato comenzarán un análisis de esta primera licitación sin descartar algunos ajustes en el futuro.

 

Para Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank, una de las razones de la baja participación pudo ser el entorno externo, que no es el mejor. El acuerdo firmado entre Estados Unidos e Irán, que en el mediano plazo, permitirán al país árabe volver a exportar petróleo generará un competidor adicional en el mercado y llevará los precios a la baja, lo que se traduce en un entorno de incertidumbre a nivel global.

 

Bloques desiertos volverán a licitarse

 

Los 12 bloques que se declararon desiertos en la primera licitación de la Ronda Uno no se perderán, ya que quedarán en posesión del Estado para volver a concursarse en futuras rondas de licitación, explicó el presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Juan Carlos Zepeda.

 

Las declaraciones de Zepeda coinciden con lo dicho por el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien el lunes aseguró que “si es conveniente para el interés del Estado y coincide con el interés de las empresas se adjudicará y si no se declara desierto y el Estado preserva el bloque y lo pondremos en licitación en futuras rondas”.

 

Las próximas licitaciones, la segunda y tercera, serán para extracción directa. Específicamente la segunda licitación se refiere a extracción en aguas someras y la tercera a campos terrestres.

 

Al respecto, el senador del PRI, David Penchyna Grub, presidente de la Comisión de Energía, señaló que tras este proceso los bloques no asignados serán nuevamente ofertados por la Secretaría de Energía, en el momento más pertinente posible, en función del mercado.

 

En conferencia justificó que una de las razones que explica la baja asignación de campos petroleros durante la Ronda Uno, se debe al hecho de que una o varias propuestas quedaron debajo del precio ponderado que genera la Secretaría de Hacienda, lo que afirmó, “demuestra que el Estado mexicano no está dispuesto a malbaratar la riqueza mexicana”.