Custodios retenidos hasta hoy en la SEIDO, aseguran que el día que escapó Joaquín El Chapo Guzmán, los jefes de los custodios actuaron de manera extraña y tomaron decisiones fuera de lo habitual horas antes de la fuga.

 

De acuerdo con ellos, ese día (el sábado) los vigilantes entraron de turno a las ocho de la mañana, en su caso siempre les tocaba cumplir labores en el área de juzgados, pero cuando llegaron les informaron que iban a trabajar en otra área, en la zona donde se encuentra la población penitenciaria.

 

En el caso de uno de los custodios, de quien solicitaron el anonimato, tiene alrededor de dos años cumpliendo las mismas funciones hasta el día 11 de julio, cuando le asignaron nuevas tareas, situación que nunca se había presentado en todo el tiempo que lleva trabajando como custodio.

 

Los familiares de los custodios temen que las autoridades ministeriales estén ‘cuadrando’ los hechos para consignarlos.

 

El hermano de uno de los retenidos aseguró que los inculpados están siendo acusados de delincuencia organizada, aunque al principio también los acusaban de evasión de reo, según lo que le dijo su familiar el miércoles, día en que pudo verlo por primera vez desde que salió de su casa para ir a trabajar al Altiplano.

 

Relató que las autoridades de la Procuraduría General de la República no le habían permitido ver al custodio retenido y cuando le dieron permiso de entrar a la SEIDO descubrió que él estaba tras las rejas de una barandilla, algo parecido a la rejilla de prácticas de los juzgados, situación que le preocupó.

 

A su hermano no lo pudo tocar, por indicación de las autoridades y tampoco tuvo privacidad para hablar porque todo el tiempo que duró la visita estuvieron siendo vigilados a corta distancia por un policía que escuchaba la conversación.