A dos años y medio de que la política de seguridad pública regresará a la Secretaría de Gobernación (Segob), los resultados han sido ineficientes, además de que confunden el papel de un ente político con un aparato policial, criticó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
En el semanario Desde la Fe, la CEM lamenta que la Segob haya pasado de una supersecretaría a una minisecretaría, todo esto por la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, sucedida la semana pasada.
“La supersecretaría muestra ineficiencia en sus acciones de seguridad pública y la efectividad del sistema de inteligencia. Hace unos días, la supersecretaría vino a ser minisecretaría”, dice el editorial de Desde la Fe.
La CEM recordó que en noviembre de 2012 se reformó la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para reintegrar a la Secretaría de Seguridad Pública a la Segob, bajo el argumento de que así el Estado mexicano sería más fuerte, con resultados muy cuestionables.
“Los hechos en materia de seguridad acaecidos recientemente; es decir, la vergonzosa fuga de uno de los delincuentes más connotados, pone en tela de juicio la viabilidad de aquella reforma y la concentración de funciones en una entidad política encargada del gobierno interior” añade la CEM.
La iglesia mexicana lamentó que en el afán de crear una supersecretaría, a la Segob se le asignaron tantas responsabilidades como la política migratoria, seguridad pública, vigilar los protocolos de protección civil, la regulación de las asociaciones religiosas, entre muchas otras atribuciones.
La CEM también criticó que la subsecretaria de asuntos religiosos lleva seis meses sin titular, muestra de que en Gobernación hay demasiados temas aglutinados.