Apenas en junio pasado, Héctor Herrera fue nombrado mejor jugador del Porto del curso 2014-2015. No por nada el volante tiene una cláusula de recisión de 40 millones de euros. Carlos Vela no se queda atrás. Su cláusula de rescisión asciende a 30 millones y, al menos hasta que estuvo sano, era nominado en la Liga española, entre los mejores delanteros del certamen, junto a Cristiano Ronaldo y Messi.

 

Sin duda, un par de cracks que hacía a Miguel Herrera, técnico del Tri, relamerse la combinación que ambos representarían sobre el terreno de juego en Copa Oro. Los mismos hombres que el domingo pasado tuvo que sustituir por bajo rendimiento del campo.

 

El nivel mostrado por ambos elementos ha desconcertado a directivos, afición y técnico del tricolor. Sin embargo, el largo calendario europeo le ha pasado factura a Herrera, mientras que Vela llegó a Copa Oro lejos del nivel óptimo, que mostró a finales del año pasado.

 

El delantero de la Real Sociedad, el mismo que se cansó de desairar a la Selección Nacional, que se perdió la Copa del Mundo de Brasil y que luego impresionó en un amistoso ante Holanda, se perdió al menos tres opciones claras de gol el domingo pasado en los Cuartos de Final ante Costa Rica, hasta que fue sustituido por José Tecatito Corona, quien de inmediato dio a los verdes mayor profundidad en el terreno de juego con su endemoniada habilidad.

 

El caso de Herrera no es mejor. El volante navegó en la medianía sin generar opciones de peso a la ofensiva, hasta que fue sustituido por Carlos Esquivel, quien dio opciones al frente, que Herrera nunca pudo generar.

 

Y al menos para Héctor Herrera, la calma se ha terminado y, el próximo miércoles en las Semifinales ante Panamá, todo parece indicar que verá el arranque del juego en la banca, mientras Esquivel va al 11 titular.

 

Para Vela aún no hay nada seguro. Su frustración al salir del campo ante Costa Rica era evidente. Sumado a ello, está el buen momento por el que atraviesa Corona, quien no sería extraño le ganara la carrera en la titularidad en un partido trascendental.

 

Un pequeño lujo de 70 millones de euros en la banca mexicana que, sin duda, no empata con lo mostrado por Herrera y Vela en la cancha.