BRASILIA. Los problemas de la presidenta Brasileña van de mal en peor. La colosal corrupción en Petrobras y una delicada situación económica que tiende a agravarse derrumbaron a un escaso 7.7 % la aprobación del gobierno de Dilma Rousseff.

 

La encuesta fue realizada por la firma MDA para la Confederación Nacional de Transporte (CNT, patronal) y dice además que el rechazo a la gestión de la mandataria llegó al 70.9% y que un 20,5 % de las personas consultadas califican su gestión de “regular”.

 

El resultado de esta encuesta reafirma la tendencia ya detectada por otras divulgadas en los últimos treinta días.

 

El pasado 1 de julio, cuando se cumplían seis meses del inicio del segundo mandato de Rousseff, un sondeo del Instituto Ibope situó el apoyo al gobierno en 9 %, diez días después de que otro de la firma Datafolha lo hubiera ubicado en 10%.

 

En todos los casos, las encuestas identificaron como uno de los factores del malestar el impacto de los escándalos en la estatal Petrobras, por el que se investiga a medio centenar de políticos que en su mayoría pertenecen a la base de apoyo a la mandataria.

 

Tanto la encuesta de MDA como las anteriores atribuyeron también el derrumbe de la popularidad de Rousseff a la delicada situación económica del país, que según analistas del mercado financiero y organismos internacionales se agravará en los próximos meses.

 

El gobierno ya ha admitido que la economía se contraerá este año 1.2 %, aunque la opinión de los mercados es que el derrumbe será de al menos un 1. % y podría llegar o incluso superar el 2%.

 

Otras proyecciones de los analistas ya sitúan la inflación para este año en 9.5% y el fantasma del desempleo se ha comenzado a asomar en todos los sectores productivos del país. Según los últimos datos oficiales, la tasa de desempleados llegó en mayo pasado al 6.7%, frente al 4.8% en que cerró en 2014.

 

¿Juicio político?

 

Esa combinación de corrupción y deterioro económico ha llevado a grupos minoritarios de la oposición a plantear la posibilidad de un juicio político con miras a la destitución de Rousseff, cuyo nuevo mandato aún no llega a sus primeros siete meses y debe concluir el 1 de enero de 1019.

 

En la encuesta difundida, MDA preguntó sobre el escándalo en Petrobras y dijo que 69.2% consideró que Rousseff tiene algún grado de culpa.

 

El acelerado desgaste de Rousseff, quien fue reelegida en octubre del año pasado con 51% de los votos, ha comenzado a reflejarse en la amplia y variopinta coalición de nueve partidos que apoya al Gobierno, algunos de los cuales se plantean la posibilidad de dar un paso al costado y pasar a engrosar la oposición.

 

Sustituto del FMI se estrena en Shangai

 

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica oficializaron el “toma esto Estados Unidos” al oficializar el funcionamiento del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), la entidad financiera multinacional impulsada por las cinco potencias emergentes del conocido como grupo de los BRICS, que empezó a operar ayer en un hotel de Shanghái.

 

La nueva institución, que en un principio se llamó Banco de Desarrollo de los BRICS, fue concebida como uina alternativa al FMI y al Banco Mundial, dominados por Estados Unidos y Europa y en los que estas cinco grandes economías se sienten mal representadas.

 

El banco aspira a financiar una mayor cooperación entre los cinco países, que suman el 41.4% de la población mundial y más del 25% del producto interior bruto (PIB) del planeta, y al contrario que el BM, que asigna votos según la participación de capital de cada miembro, el NBD da un voto por país, y no hay vetos.

 

La creación del nuevo banco, y de un Acuerdo de Reservas de Contingencia con un fondo de 100 mil millones de dólares (41 mil de ellos aportados por China), para reaccionar ante posibles “contingencias financieras” inesperadas, desafía así el control y la influencia de Occidente sobre las finanzas mundiales.