Una imagen de la virgen derrama supuestas lágrimas de sangre por los bebés no nacidos y en denuncia contra el aborto, aseguró Julio César Zepeda, dueño de la figura religiosa cuya existencia ha obligado a pronunciarse a la Iglesia Católica mexicana.

 

Según Zepeda, que vive en el municipio de Zapopan, Jalisco, el “sufrimiento” de la imagen, una Virgen de Nuestra Señora de Fátima, tiene que ver con “las leyes que están surgiendo en favor del aborto en varios estados”, indicó.

 

El hombre destacó que ha llevado muestras del líquido rojo a su guía espiritual, cuya identidad guarda bajo reserva, en la congregación Guerreros por la Vida de Jesús y María, y este a su vez las presentó en un laboratorio, que les corroboró, según dijo, que “es sangre de bebés no nacidos”.

 

La imagen, que está en casa de Zepeda y ya ha recibido la visita de unos 200 feligreses desde que se empezó a conocer el caso, comenzó “a llorar sangre” hace unos cuatro meses, relató su propietario, a quien regalaron la figura hace aproximadamente un año.

 

Según explicó, el fenómeno con la pequeña virgen, que mide unos 60 centímetros de altura, comenzó durante unas procesiones callejeras con feligreses.

 

“Al principio le teníamos que limpiar sus lagrimitas para que los niños (que acompañaban la comitiva) no se asustaran. Pero al final se dieron cuenta y por ello la escondimos”, afirmó.

 

Ahora, el supuesto llanto de la Virgen ha ido en aumento y acontece a diario, bañando en rojo su traje blanco, relató el dueño.

 

Zepeda desmintió que esconda la imagen a la Iglesia y explicó que el próximo jueves, si le autoriza su guía espiritual, la llevará al Arzobispado de Guadalajara para que haga los pertinentes estudios.

 

Precisamente, ese arzobispado ya ha manifestado que, de momento, “no cuenta con ningún dato” al respeto de este suceso y que, por ello, “es sumamente cauteloso”.

 

Además, afirmó que “es necesario hacer una investigación detallada y profunda para confirmar si lo dicho corresponde con la realidad” y explicó que ello requiere “tiempo y seriedad en el proceso de discernimiento”.

 

“No queremos alentar situaciones que no pueden ser comprobadas sobre un hecho que puede provocar no solo un vano entusiasmo entre los creyentes, sino también confusión”, agregó el arzobispado en un comunicado.

 

Junto a las presuntas lágrimas, Zepeda añadió que hay que evaluar “con cautela” los rastros de sangre que presenta también en manos y pies, pues podrían ser estigmas.

 

Recientemente, un medio de comunicación de la zona dijo que Zepeda aseguró que la virgen lloraba también en contra de los matrimonios homosexuales, una versión que el propietario negó categóricamente y atribuyó al amarillismo del diario que lo publicó, además de denunciar que le han valido ataques y críticas.