Poco inteligente, así calificó Decio de María, quien será presidente de la Federación Mexicana de Futbol a partir del próximo sábado, pero que ante la ausencia de Justino Compeán, fue quien salió a dar la cara para anunciar que él tomaba la decisión de separar del cargo de técnico a Miguel Herrera.

 

Con ello, Herrera se despide de un contrato de 2.7 millones de dólares anuales, según datos de la revista Forbes, del que le restaban tres años exactamente, con lo que se despide de 8.1 millones de dólares y eso sin contar los extras, como por ejemplo, por tuitear en favor de partidos políticos.

 

Además, Herrera violó el código de ética de la FMF, por lo que podría ser despedido sin indemnización, aunque De María no aclaró el punto.

 

Y quién va a contradecir a De María, quien calificó la acción que le costó el trabajo a Herrera como “llena de adrenalina y poco inteligente”.

 

Antes, sentenció que “la violencia no cabe en la sociedad, en la familia y mucho menos en ningún deporte. Nadie que quiera imponerse con agresiones y no con ideas y conceptos sobre el principio de la libertad de expresión puede ser miembro de la Federación Mexicana de Fútbol”.

 

De Miguel, dijo, se reunió con él, entendió la situación y “se mostró muy dolido”; fuera de lo anterior, no quiso exhibir más de lo ya expuesto al ex técnico nacional. Más tarde, Miguel Herrera emitió un comunicado disculpándose por el incidente con Christian Martinoli: “Quiero ofrecer una disculpa pública a la afición, cuerpo técnico, jugadores, Federación Mexicana de Futbol, directivos y medios de comunicación por mi conducta en el penoso incidente que tuve con un comentarista. Me queda claro que no es la actitud que debe tomar un entrenador de la Selección Nacional de México, a pesar de haber recibido todo tipo de críticas, ofensas y burlas hacia mi familia y personal”, escribió.