En la segunda quincena de agosto, PRI y PAN renovarán a sus dirigencias nacionales,  encabezadas por César Camacho Quiroz y Gustavo Madero Muñoz, respectivamente, quienes a partir del 1 de septiembre serán integrantes de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión.

 

Sin embargo, antes de dar un nuevo giro en el rumbo de sus carreras políticas, los líderes de las dos principales fuerzas políticas del país rendirán cuentas sobre sus gestiones, principalmente tras el pasado proceso electoral que reacomodó el número de entidades federativas gobernadas por ambos partidos.

 

En el caso de César Camacho Quiroz, actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, se retirará el próximo 23 de agosto del cargo que ocupa desde diciembre de 2012 perdiendo, en términos reales, una gubernatura, así como representación el Congreso de la Unión.

 

A la llegada de Camacho Quiroz a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional, este instituto gobernaba un total de 20 entidades federativas. Sin embargo, tras las pasadas elecciones intermedias, redujo a 19 el número de gobernadores priistas.

 

En la última jornada comicial del 7 de junio, Camacho Quiroz perdió los gobiernos de Michoacán, Nuevo León y Querétaro, aunque sumó los estados de Sonora y Guerrero.

 

Asimismo, el actual presidente tricolor deja al Partido con un saldo negativo en relación a su representación en el Congreso, particularmente en la Cámara de Diputados, donde perdió el 5% de las curules que actualmente pertenecen a este instituto político.

 

Mientras en la actual Legislatura, número LXII, colocó a 214 diputados federales (165 de mayoría relativa y 49 de representación proporcional), para la nueva Legislatura, que inicia en septiembre próximo, el PRI contará con 203 diputados, (156 de mayoría relativa y 47 de representación proporcional).

 

A pesar de este retroceso, el tricolor seguiría conformando en San Lázaro un bloque mayoritario, junto con sus aliados políticos, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza, con quienes sumaria un total de 251 diputaciones, al aportar estos 56 y 10 diputados respectivamente.

 

Reformas estructurales

 

Por otra parte, durante la administración de César Camacho Quiroz se germinaron las llamadas reformas estructurales a 11 sectores del país, entre ellos el energético, telecomunicaciones, educativo, político-electoral, laboral, fiscal y hacendario.

 

El propio Camacho Quiroz afirmó que en los últimos años de administración priista se lograron 90 cambios a 51 artículos constitucionales, hecho sin precedentes en la historia del país, que aunque no han generado los resultados esperados –afirma- representa un cambio cualitativo que generará mayor oportunidades para el país.

 

“Prácticamente a la mitad del camino, en un análisis ponderado, podemos afirmar que el balance general favorece a México. La tarea es perseverar y avanzar lo más rápido posible (…) es evidente que se está haciendo lo correcto aunque todavía parezca insuficiente”, declaró.

 

Fracturado y desgastado

 

Por su parte, Gustavo Madero Muñoz, dirigente del Partido Acción Nacional, quien ha estado al mando de este instituto durante casi cinco años, dejará el cargo el próximo 16 de agosto para ocuparse como diputado federal y, posiblemente, coordinador de bancada.

 

En el caso de Madero Muñoz, este hereda a los militantes albiazules un partido altamente desgastado por las pugnas internas, entre los más allegados al actual dirigente del panismo, con los políticos cercanos al ex presidente Felipe Calderón.

 

De hecho, el actual proceso para la renovación de su dirigente ha sido uno de los más polarizados para el PAN, donde los propios militantes acusan a Madero Muñoz de haber “inflado” ilegalmente el padrón de afiliados a este partido, a fin de favorecer a Ricardo Anaya Cortés, uno de los panistas más identificados con el actual líder del panismo nacional, a quien acusan de haberse adueñado de esta fuerza partidista.

 

Además de la división interna, Madero deberá explicar a los miembros de su partido por qué luego de cinco años de liderazgo, y tras haber perdido la Presidencia de la República, esta fuerza política no ha logrado recuperar en número las preferencias del electorado, pues la última jornada comicial así lo refleja.

 

Si bien Acción Nacional logró en el proceso electoral del 7 de junio mantenerse como la segunda fuerza política nacional y conservar seis gubernaturas -el mismo número que en años previos-, este instituto ha perdido fuerza en el Poder Legislativo.

 

Al igual que en el caso del Revolucionario Institucional, los panistas perdieron diputaciones, al pasar de 113 en la presente legislatura (51 electos en urnas y 62 plurinominales), para ocupar a partir de septiembre apenas 108, es decir, sumó una representación en la Cámara baja de 21.6%.

 

Respecto a su presencia en las entidades federativas, Madero Muñoz logró arrebatarle al PRI la entidad de Querétaro, aunque ese mismo partido le arrebató Sonora, gobernado por Guillermo Padrés, investigado por actos de corrupción.