El estilo de vida está cambiando, vivimos acelerados y bajo la presión del estrés. Se duerme poco y mal. Y, por la mañana al levantarnos, aparecen las consecuencias: irritabilidad, cansancio, somnolencia y el envejecimiento de la piel.
“La población mundial está reduciendo sus horas de sueño”, según explica el doctor y fundador del Centro Europeo del Sueño de París, François Duforez, quien asegura que “mientras hace dos décadas invertíamos una media de ocho horas, ahora oscila entre siete horas y siete horas y diez minutos aproximadamente, casi una hora menos”.
Dormir es salud y belleza. Cada minuto de sueño cuenta. Por ejemplo los japoneses es la población que menos duerme, entre seis y seis horas y media. En la disminución del tiempo de descanso ha influido, sin duda, el alto costo de la vivienda en el centro de las ciudades niponas, lo que hace más largos los desplazamientos laborales.
Calidad del sueño
La calidad del sueño se deteriora por el incremento del ruido y la contaminación visual, en la que han tenido mucho que ver mucho la aparición de las nuevas tecnologías en nuestras vidas.
El estrés y las preocupaciones también restan horas de sueño. “Es importante irse a la cama tranquila. Se deben evitar realizar tareas que impliquen actividad mental, como navegar por internet, ver películas o leer”, asegura el doctor Duforez.
Los expertos apuntan que las mujeres necesitan más horas de sueño que los hombres. Ellos son más rápidos en la reparación celular. Es importante saber que la hormona del crecimiento, responsable también de la regeneración celular, se pone en activo durante las tres o cuatro primeras horas de sueño y contribuye a reparar y restaurar la dermis y densificar la piel.
Pero no siempre es fácil conciliar el sueño. Los buenos hábitos y la disciplina horaria son fundamentales para descansar. Durante el sueño, la piel descansa y se relaja, es el momento de reparar los daños ocasionados durante el día para que, a la mañana siguiente, se muestre luminosa e hidratada.
La falta de sueño produce radicales libres y causa envejecimiento prematuro de la piel. La esteticista Felicidad Carrera explica que “durante la noche la dermis sufre cambios, sube de temperatura y pierde hidratación, aunque es más permeable”.
La falta de sueño o la mala calidad de éste repercute en el aspecto de la piel al día siguiente. “Ojeras, bolsas y arrugas más marcadas son los primeros síntomas”, cuenta Carrera.
La alimentación también importa. Es imprescindible tener unos buenos hábitos alimenticios para preservar la calidad del sueño.
“El plátano, la avena, la leche caliente o las almendras fabrican serotonina, la famosa hormona de la felicidad que contribuye al relax y atrapa el sueño”, asegura la experta en nutrición Leticia B. Carrera.
Tampoco ayuda a dormir ingerir sustancias estimulantes como la cafeína o el alcohol. Si se tiene el sueño ligero, se deben evitar las cenas copiosas y tardías, así como especiadas o ricas en grasa que incluyan embutidos y quesos curados.
“Verduras, pescado o pollo a la plancha, fruta o yogur”, recomienda la experta en nutrición Letizia B. Carrera.
La luz también juega un papel importante en la conciliación del sueño. La habitación debe estar en total oscuridad.
Acostarse y levantarse a horas similares y evitar las siestas de más de treinta minutos, también ayuda.
Muchos especialistas aconsejan realizar un ritual que introduzca al sueño como puede ser: tomar infusiones relajantes, un masaje de relax, una ducha o un baño de agua caliente, dar un paseo o escuchar música tranquila.
El momento de aplicar belleza
Durante el sueño es el momento de aplicar la cosmética reparadora. “Mientras se duerme, la barrera natural de la piel se vuelve mucho más permeable y, por tanto, es más receptiva a la absorción de ingredientes”, explica Felicidad Carrera.
Conscientes de que la noche es el momento ideal para utilizar tratamientos específicos que cubran las necesidades de cada piel, la industria cosmética lanzó una serie de productos que trabajan cuando el hombre y la mujer duermen.
Así, mientras se está en brazos de Morfeo, las formulas cosméticas reparan la piel, combaten la celulitis, ponen freno al los estragos del paso del tiempo e, incluso, se ocupan de la salud del cabello, según indican, por ejemplo, los productos de la firma Lazatigue.