Las nuevas autoridades ucranianas salidas de la revolución del Maidán, que derrocó en febrero de 2014 el régimen de Víktor Yanukóvich, se han dedicado metódicamente a impedir que sus ciudadanos tengan acceso a cualquier medio o contenido sospechoso de ensalzar Rusia o, peor aún, poner en duda el daño infligido a Ucrania en los últimos meses.

 

Este sábado, el Ministerio de Cultura ucraniano publicó una lista negra con los nombres de catorce personalidades del mundo de la cultura que representan, según Kiev, una “amenaza para la seguridad nacional” del país.

 

En la lista figuran, entre otros, los populares actores rusos Serguéi Bezrúkov, Mijail Boyarski y Mijail Poréchenkov y los no menos famosos cantantes Iosif Kobzón, Oleg Gazmánov, Grigori Leps o Nikolai Rastorgúyev, muchos de ellos mitos desde tiempos de la Unión Soviética.

 

Amén de que los cantantes incluidos en la lista no podrán dar conciertos en Ucrania, tampoco las películas en las que actúen alguno de los actores que figuran en la misma pueden ser difundidas en los cines o la televisión ucranianos.

 

El nuevo listado negro de Kiev se suma a otro integrado por casi 600 nombres de artistas rusos y de otros países que se han pronunciado a favor de la anexión de Crimea, la sublevación prorrusa en el este del país o han criticado a las autoridades de Kiev.

 

La relación incluye al actor francés Gerard Depardieu, quien puso en duda en varias ocasiones la soberanía ucraniana, tras recibir la ciudadanía rusa en enero de 2013.

 

Depardieu proclamó en agosto de 2014 durante un festival de cine en Letonia: “Amo a Rusia y a Ucrania, que es parte de Rusia”.

 

Y en otras ocasiones defendió sin tapujos la anexión de Crimea, condenada unánimemente por la comunidad internacional.

 

“Adoro Ucrania y sé que, si Crimea fuera estadunidense, la situación sería diferente”, dijo en mayo pasado durante la última edición del Festival de Cannes.

 

También el actor estadunidense Steven Seagal, el compositor bosnio Goran Bregovic, que se define como yugoslavo, o el cineasta serbio Emir Kusturica están entre los proscritos por Kiev.

 

Mientras, el actor ruso Mijail Poréchenkov podría ser castigado en Ucrania con una pena de hasta doce años de cárcel, después de haber sido acusado de disparar contra las posiciones de las tropas ucranianas en las afueras de Donetsk a finales del año pasado.

 

La causa penal fue abierta tras la difusión de un vídeo en que se observa a Poréchenkov, con chaleco antibalas y un casco en el que se podía leer la palabra “Prensa”, disparando una ametralladora desde una posición de las milicias separatista prorrusas.

 

Para Kiev, la emisión de estos contenidos en los cines y las televisiones ucranianas “amenaza a la seguridad nacional de Ucrania y daña la moral del Ejército”.

 

Las autoridades ucranianas, que han declarado al país vecino como un “Estado agresor”, han denunciado que Rusia suministra armamento a los separatistas y los apoya con mercenarios, instructores militares e, incluso, tropas regulares.