Si bien la decisión del banco central de China de devaluar el yuan frente al dólar estadunidense para reforzar sus exportaciones no tendrá afectaciones en la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) sobre el incremento en su tasa de interés, sí le meterá ruido al banco central del vecino país del norte en la fecha de la aplicación de esta medida, la cual podría aplicarse hasta principios de 2016 y no en septiembre próximo.

 

De acuerdo con analistas, el tema de la devaluación de la moneda china ya estaba previsto por el banco central estadunidense, así como las repercusiones en la economía de esa nación asiática.

 

El entorno macroeconómico llevó a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) solicitara a la Fed considerar este indicador como una señal que demuestra que la economía mundial todavía no alcanza una franca recuperación y, por tanto, un incremento en las tasas de ese país podría reavivar la inestabilidad a nivel internacional.

 

Alexis Milo, analista del Deutsche Bank, comentó que la decisión del Banco Popular de China no es un factor determinante para que la Fed modifique su decisión, aunque podría retrasarla hasta principios del año entrante.

 

No obstante, “el consenso de manera creciente es que la Fed va a actuar en septiembre, pero si lo retrasara, no sería más allá de inicios del año que entra”, mencionó.

 

James Salazar, analista de CI Banco, dijo que estas acciones no impactarían en la decisión de la Reserva Federal, sobre el incremento de sus tasas referenciales, debido a que los factores principales para este movimiento en la política económica se centran en el mercado interno.

 

“La Fed ya tiene contemplado el tema de China hace más de un año en el sentido de la pérdida de dinamismo económico, así como cuál podría ser el impacto en la economía mundial, sobre todo cuando tienes a Europa y a Japón creciendo a ritmos muy lentos”, comentó.

 

De acuerdo con PineBridge Investments, las preocupaciones en torno a la depreciación del yuan son exageradas, aunque el cambio en la moneda afectaría principalmente a las economías emergentes. Pese a ello, el impacto en las exportaciones del gigante asiático no será significativo.

 

El Banco de México mantuvo su tasa de interés, pues la volatilidad en la paridad peso dólar no se ha traducido en un incremento en los precios en el país.

 

Sin embargo, uno de los consejeros consideró que era prudente incrementar el indicador, lo que apuntaría a que el Banxico considera seriamente la posibilidad de aplicar políticas restrictivas para proteger al peso frente al dólar y prevenir efectos adversos en la inflación una vez que se ajusten las tasas de la Fed.