ANCHORAGE. El gobierno federal le dio el lunes a Royal Dutch Shell el permiso final que requiere para buscar petróleo en el Océano Ártico frente al noroeste de Alaska por primera vez en más de dos décadas.
La Oficina de Control de las Normas de Seguridad y Medio Ambiente anunció que autorizó el permiso para perforar debajo del lecho marino luego de que el gigante petrolero adquirió una pieza de equipo solicitada para detener un posible reventón en el pozo.
Anteriormente la agencia le permitió a Shell que comenzara a perforar solamente en las secciones superiores de dos pozos en el Mar de Chukchi debido a que la parte crucial del equipo, llamada dispositivo de contención del pozo, estaba en un navío que requería reparaciones en Portland, Oregon.
Como el buque llegó la semana pasada, ahora Shell tiene libertad para perforar en roca que se cree contiene petróleo, a unos dos mil 440 metros debajo del lecho marino, por primera vez desde que perforó su último pozo de exploración en 1991.
“Las actividades realizadas en las costas de Alaska están sujetas a los estándares más altos en seguridad, protección ambiental y respuesta ante emergencias”, dijo el director de la agencia, Brian Salerno, el lunes en un comunicado. “Seguiremos monitoreando su trabajo para cerciorarnos que exista la mayor seguridad y administración ambiental”.
El Polar Pioneer, una unidad semi-sumergible de perforación que Shell arrienda de Transocean Ltd., comenzó a trabajar el 30 de julio en las instalaciones Burger J de Shell. Completó lo que se conoce como un contrapozo debajo de la línea del lodo, una perforación de 20 por 40 pies (6 por 12 metros) en la cima del pozo que contará con un dispositivo para evitar un reventón, y siguió taladrando la superficie rocosa por encima del yacimiento de petróleo.
“Es posible que completemos un pozo este verano, pero no estamos sujetos a un plazo específico en lo referente a pies perforados”, dijo Smith, quien aseguró que los avances se irán decidiendo con base en los operativos de seguridad.
Grupos ambientalistas se oponen a las perforaciones en la costa del Ártico, pues consideran que la actividad industrial perjudicará a los osos polares, las morsas del Pacífico, las focas y las ballenas, especies ya de por sí vulnerables al cambio climático y la reducción de la capa de hielo. Señalan que las compañías petroleras no han demostrado que pueden limpiar un derrame en aguas repletas de hielo.
Michael Brune, director general del grupo ambientalista Sierra Club, dijo en un comunicado que la decisión del presidente Barack Obama de otorgarle a Shell el permiso final de perforación va en contra de la ciencia, la voluntad del pueblo y el sentido común.
“Otorgarle el permiso a Shell para perforar en el Ártico fue la decisión equivocada, y esta lucha está lejos de haber terminado”, señaló. “El pueblo le seguirá pidiendo al presidente Obama que proteja el Ártico y a nuestro medio ambiente”.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que las costas del país en el Ártico poseen 26.000 millones de barriles de petróleo recuperable, y Shell está ansioso por explorar esa cuenca, que podría modificar el panorama de la producción local.