SOKPJE. La catástrofe humanitaria tan temida ya es una realidad en Grecia, donde una avalancha de refugiados ha rebasado las capacidades de un país en crisis .

 

El ferri “Eleftherios Venizelos” con unos dos mil 500 refugiados sirios a bordo, procedentes de varias islas del mar Egeo, arribó en el puerto del Pireo, en Atenas.

 

Su llegada ha provocado la reacción del alcalde de Atenas, el liberal Yorgos Kaminis, que, en declaraciones a la radio Skai, acusó al gobierno de no disponer de una política de inmigración consistente.

 

Tampoco los refugiados pretenden quedarse en Atenas, sino que su intención es obtener los documentos que les permitan continuar su viaje “hacia el norte de Europa”, como algunos de ellos reconocieron.