INDIANÁPOLIS. Cuando los policías llegaron el mes pasado a la casa de Jared Fogle —durante mucho tiempo portavoz y rostro público de los restaurantes Subway_, estaban provistos de mucho más que una orden de allanamiento: llegaron con un laboratorio forense móvil que ha revolucionado el modo en que Indiana investiga la explotación de menores y pornografía infantil.
Mientras un investigador interrogaba en uno de los dos cuartos del vehículo del laboratorio a quien había sido la imagen pública de Subway, otros observaban la entrevista en una pantalla en otro cuarto. A la vez, las autoridades revisaban computadoras, dispositivos móviles y otros medios incautados en la casa suburbana de Indianápolis.
El laboratorio portátil permite a los investigadores interrogar acerca de lo que descubren o lo que se omite. También les permite ver contenidos antes de que sean borrados de las computadoras o los dispositivos móviles. Ayuda además a identificar otros artefactos en el interior de la vivienda. Ahorra días, semanas o meses en comparación con el antiguo método de copiar los contenidos comprometedores.
El detective Darin Odier, de la policía de Indianápolis, consideró imperativo que las autoridades desarrollen nuevas herramientas para mantenerse a la par del avance tecnológico. “Justo cuando tenemos una idea de lo que está ocurriendo, la mala gente cambia las reglas”, comentó.
Sin embargo, el laboratorio no es el único motivo por el que la fuerza de tareas Delitos en internet contra los Niños, de Indiana, es considerada la mejor de la nación. El grupo que incluye agencias federales, estatales y locales ha perfeccionado un método para detectar ciberagresores y víctimas en otros estados y otros países.
Utiliza todas las herramientas disponibles, desde perros entrenados que olfatean pequeños dispositivos hasta una nueva técnica forense para desarmar teléfonos celulares y descubrir datos que alguien haya querido destruir. Un equipo de 15 a 20 personas se moviliza para cada búsqueda.
Quizás lo más importante es una inusual cooperación entre agencias, donde las rivalidades no entran a tallar cuando se refiere a la lucha contra la explotación de menores, dijo Francey Hakes, agente especial del procurador general de Estados Unidos que supervisa las unidades sobre explotación infantil en el Departamento de Justicia.
“Nadie trabaja para ganar méritos. Hay una gran dedicación a hallar y rescatar estos niños”, dijo Hakes, quien ahora dirige en Atlanta una firma asesora que aconseja a la policía sobre explotación infantil.
El miércoles, Fogle aceptó declararse culpable de haber pagado para mantener relaciones sexuales con niñas de 16 años y de recibir pornografía infantil, en un caso que podría enviarlo a la cárcel durante más de una década.