Gabriel Quadri, candidato del PANAL, por formación, dará particular atención a los temas ambientales. Por estrategia, impulsará casi cualquier propuesta controversial. Entre sus ideas, sobresale una fundamental: el reordenamiento de las ciudades.

 

Quadri propone generar una política urbana integral como eje de una visión distinta para atender la crisis social nacional. Tiene un diagnóstico certero de las implicaciones de la ausencia de esta visión. Conciente del monopolio municipal sobre la regulación urbana que establece el artículo 115 constitucional, sugiere mecanismos para reordenar el uso de suelo. Enfatiza sobre la urgencia de acabar con los terrenos baldíos que parchan el espacio urbano, encarecen el transporte público y hacen más vulnerable a los habitantes ante la delincuencia. Pregunta ¿De qué sirve tener una oferta de casas histórica, si son inutilizables?

 

Quadri pone a la redensificación y el ordenamiento urbano en el centro del debate como elemento clave de la política social y de la construcción de la paz. Es un mecanismo para mejorar la calidad de vida del ciudadano. Permite aprovechar economías de escala en la provisión de servicios públicos, incluida la seguridad. Garantiza reestablecer el vínculo de padres e hijos al acercar los centros de trabajo, las escuelas y las zonas residenciales. El adecuado funcionamiento de polos de desarrollo urbanos obliga a los ciudadanos a respetar reglas de convivencia y a tomar conciencia del prójimo, permite realmente reconquistar el espacio público.

 

Hoy, casi el 80% de los mexicanos vivimos en zonas urbanas, la mayoría carecen de una planeación urbana básica. Juárez, Torreón, Acapulco, Ecatepec son solo ejemplos de desastres urbanos que desembocan en violencia desmedida. Las ciudades crecen en desorden entretejiendo invasiones irregulares con unidades habitacionales suburbanas. Las empresas se distribuyen en desorden. No se induce la formación de centros de negocios, ni el aprovechamiento adecuado de usos de suelo. La política de vivienda tiene como objetivo la reactivación económica más que la mejoría en las condiciones de vida. Esto se refleja en la calidad de las casas, su ubicación y la ausencia de servicios públicos adecuados alrededor. De nuevo, la debilidad institucional local y la falta de reelección municipal son los principales obstáculos.

 

Como la reforma política difícilmente se logrará, Quadri propone, entre otras cosas: 1) diseñar e instrumentar una política urbana integral a través de incentivos económicos y una regulación puntual (créditos especiales, renovación catastral, etc.); 2) capacitar y concientizar a los alcaldes sobre el poder y alcance del predial (hoy, el programa de modernización de catastro de Banobras es el menos solicitado) y 3) restringir el expansivo y compulsivo desarrollo de las ciudades dormitorios que son poco prácticas y destruyen el tejido social. Se dice que a los mexicanos no les gustan los departamentos, pero por su ubicación, el costo económico y social de las casas las hace incosteables: hoy, más de cinco millones están abandonadas.

 

Más allá de las coyunturas, las campañas son una oportunidad para replantearnos el tipo de país queremos. Sirven para reflexionar sobre las propuestas que pueden hacer una diferencia y resaltar las que contienen algo más que buenas intenciones. Independientemente de quien la propone, el diseño de una política urbana integral parece una reforma fundamental para la reconstrucción de la paz. El que gane debe considerarla seriamente.

 

@cullenaan | Fb: La caja de espejos