“De acuerdo con la tomografía en tercera dimensión sí es su cuerpo; se descarta una prótesis y sabemos que el cuerpo principal mide unos 16 centímetros y el resto, para llegar a 48.2, es un exceso extraordinario de piel. Sólo un urólogo y seguramente otros exámenes podrán determinar al 100 por ciento”. El médico de un centro de salud gubernamental en Saltillo da así una gran esperanza a Roberto Esquivel Cabrera, El Centauro, para ser el hombre con la mayor entrepierna del mundo.
Han sido más de seis meses de entrevistas desde que este saltillense, quien podría ser el de mayor envergadura en la historia, tocó las puertas de VANGUARDIA para ser exhibido ante todo el mundo pues quiere registrarse en el Récord Guinness y ganar millones de dólares en el entretenimiento para adultos.
Llevaba cuatro años acudiendo a todos los medios de comunicación e instituciones de salud de la ciudad para pedir apoyo. Finalmente, un equipo clínico tomó su caso y tras una serie de estudios que empezaron a mediados del pasado junio, descartó que Roberto use un truco, un engaño, aunque los especialistas apuntan a una modificación voluntaria de la anatomía.
“Mire hasta dónde me llega… debajo de las rodillas. No puedo hacer nada, no puedo trabajar, soy un discapacitado y quiero que así me declaren las autoridades para que me den apoyos. Luego ya quiero ir al Guinness y pos que me den el premio”, expresó “El Centauro”, de 52 años de edad.
Vive pobremente en un cuarto que sus hermanos le consiguieron; además, lo ayudan continuamente. Así son sus días desde 2011 -cuando regresa a Saltillo deportado de Estados Unidos- entre recolección de materiales de desecho y principalmente la asistencia social.
Siempre aislado, no tiene amigos. A donde va, la gente le rehúye, se alejan de él.
Desde el pasado 6 de febrero llegó a la redacción de VANGUARDIA a pedir ayuda para que su caso sea conocido en todo el mundo, pero no acepta un examen clínico para determinar la naturaleza de su extraña condición: la mayor parte de esos 48.2 centímetros están cubiertos por gasas y telas, lo que impide una valoración sobre su anormalidad. Los médicos determinaron que 32 centímetros son de piel que creció de manera extraordinaria; falta determinar si este crecimiento es por causas artificiales y los riesgos que implica.
Lo que es un hecho, es que su caso clínico representa un gran reto para cualquier equipo de especialistas, es un caso único a nivel mundial y quizá en los archivos de la medicina. El Centauro dejaría muy lejos los 34 centímetros del récord mundial que se le conocen al estadounidense Jonah Falcon; ni hablar de los 13 centímetros de promedio del hombre.
Él sólo quiere que el mundo lo vea, lo conozca.
Su historia va muchísimo más allá de esos 48.2 centímetros que lo alejan de la humanidad. Este relato lo encontrará el próximo 20 de septiembre en El Sórdido Pudor, un libro que vanguardiamx publicará.
El Sórdido Pudor
Pocas cosas más difíciles que un sincero ejercicio de autocrítica tras quedar atado a afanes, filias, fobias o prejuicios. Alguien diría “valor”, pero muchas veces es una cuestión de alejarse de las salidas que se nos regalan para ocultar lo que delataría nuestra verdadera naturaleza.
Así, cuatro textos que no encajan en nada o en todo; pasajes o historias híbridas, quizá amorfas en su clasificación: “El Centauro”, “La Bruja”, “El Alien” y “Los Demonios”, componen este trabajo de Ricardo Mendoza Reséndez. Lo podrá encontrar en VANGUARDIA el próximo 20 de septiembre.
De cara al 40 Aniversario de vanguardiamx, en su segundo libro el director editorial de este medio aborda las fronteras, limitantes y miserias que pueden cegar a un reportero que deja pasar grandes historias.
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