La disputa entre el Cártel del Pacífico y Los Zetas por controlar las rutas de Centroamérica para el tráfico de drogas y armas, activó la alerta en Washington. Para frenar la violencia que han desatado estos grupos criminales en la región, los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá afinan una estrategia en común.
A diferencia de la Operación Martillo, cuya misión es interceptar el trasiego de enervantes en mares y litorales de Centroamérica en un esfuerzo multinacional, en el que participan 12 naciones, esta nueva estrategia no incluye el envío de tropas. Privilegia el reforzamiento de los aparatos de inteligencia de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Este plan, definido tras la reunión trilateral de ministros de defensa, consiste en que Estados Unidos dotará a los citados países de tecnología para mejorar sus equipos de inteligencia y recopilación de información.
Incluye, además, la creación de una base de datos regional sobre delincuencia organizada y de todas aquellas personas que tengan cuentas pendientes con la justicia.
De acuerdo con fuentes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), también se analiza la creación de una corte penal regional (la Corte Centroamericana de Justicia) que se encargue de procesar los casos relacionados con el narcotráfico.
Con lo anterior, se busca fortalecer el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y evitaría la creación de organismos regionales de justicia paralelos.
Asimismo, se estudia la homologación regional de los delitos relacionados con el tráfico de drogas y delincuencia organizada, con lo que se pretende evitar actos de corrupción, juzgando específicamente el tráfico de drogas y armas. Para ello, se utilizarían sistemas de prevención, como la detección de personas con antecedentes penales.
Esta nueva estrategia tiene el objetivo adicional de frenar la propuesta de Guatemala de despenalizar las drogas en determinados supuestos y su exigencia a los países consumidores de drogas, principalmente Estados Unidos, del pago de compensaciones económicas a la región por cada cargamento de drogas que sea incautado a los narcotraficantes en territorio centroamericano, así como por la destrucción de los cultivos de amapola y marihuana.
Con este nuevo plan, impulsado por Estados Unidos a petición de México y avalado por Canadá, se respalda la guerra contra las drogas implementada en el continente, a iniciativa de Washington.
Se prevé que este nuevo plan sea presentado en la VI Cumbre de las Américas, a realizarse el 14 y 15 de abril en Cartagena de Indias, Colombia.
El martes pasado, los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México anunciaron la incorporación de Centroamérica como un nuevo terreno de batalla en la lucha contra el crimen organizado.
La rivalidad
Actualmente, Los Zetas y el Cártel del Pacífico son las dos organizaciones criminales más grandes y poderosas de México. Son dirigidas por Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, y Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, respectivamente.
Según un informe de la Oficina del Fiscal General Adjunto de Investigaciones Especiales en Delincuencia Organizada, Los Zetas operan en 17 estados y el cártel del Pacífico en 16 entidades, frente a las 23 que tenían en 2005.
En su informe anual sobre los cárteles de las drogas en México, Stratfor señaló que en 2010 se registraron en el país 15 mil 273 muertes relacionadas con el tráfico de drogas, la cifra más alta hasta ese momento.
En lo que va del sexenio, según la PGR, han muerto más de 47 mil personas producto de la rivalidad entre grupos criminales.
Según un mapa de la PGR, Los Zetas mantienen presencia en Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas, DF, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo.
El cártel del Pacífico opera en Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Guanajuato, Querétaro, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Quintana Roo, Baja California, Sonora, Jalisco, Colima y Guerrero. En algunas regiones que coexiste con Los Zetas.
Zona de guerra
El tráfico de drogas desde Centroamérica ha provocado un aumento de la violencia y la corrupción en la región a “niveles insólitos”, de acuerdo con la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE).
En febrero pasado, la JIFE alertó además que en Centroamérica los narcotraficantes mexicanos han extendido prácticas de corrupción y se ha complicado la situación.
Por su parte, la consultora Stratfor, advirtió que Los Zetas y el cártel del Pacífico han establecido alianzas con pandillas centroamericanas de maras y, con ello, han aumentado su operación en la zona, incrementando también los asesinatos en el llamado “Triángulo Norte”, formado por Guatemala, El Salvador y Honduras.
Según el informe “La Amenaza de los cárteles mexicanos en América Central”, de la consultora estadounidense, el aumento de la delincuencia que se vive en la región obedece a la mayor competencia de los cárteles mexicanos por comerciar drogas en esas naciones.
El documento considera que la pobreza y la existencia de pandillas locales han facilitado que los criminales mexicanos hayan logrado extender sus operaciones, en asociación con miembros de la “Mara Salvatrucha”.
Se estima que alrededor de 900 maras, integradas por cerca de 70 mil personas, controlan las rutas de tránsito en Centroamérica.