RÍO DE JANEIRO. El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva admitió hoy por primera vez estar valorando la posibilidad de presentarse como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia en las próximas elecciones generales, que tendrán lugar en 2018.

 

“No puedo decir que soy, ni que no soy (candidato)”, declaró Lula durante una entrevista concedida en el suroriental estado de Minas Gerais a la emisora Radio Itatiaia, pero dejó abierta la posibilidad de disputar el pleito presidencial de 2018.

 

El nombre de Lula ha sido propuesto públicamente por varios correligionarios del PT para asumir la candidatura del partido en los comicios que escogerán al sucesor de la actual presidenta, Dilma Rousseff, quien terminará su segundo mandato en 2018.

 

“Si la oposición piensa que va a ganar, que no va a haber contienda y que el PT está acabado, puede estar segura de lo siguiente: si es necesario, yo voy a la disputa“, aseveró Lula.

 

Tras vencer en las elecciones de 2002 y 2006, Lula abanderó también las candidaturas de su sucesora, Rousseff, en los comicios de 2010 y 2014, en los que la mandataria ganó y mantuvo al PT en el poder.

 

Sin embargo, desde hace tiempo se especula con la posible vuelta a la primera línea política del exmandatario, especialmente en los últimos meses debido a la baja popularidad de Rousseff, que según las más recientes encuestas ha caído al mínimo histórico del 8%, lastrada por la crisis política y económica que sufre el país.

 

Algunos sectores de la oposición incluso han solicitado la apertura de un juicio político contra la actual jefa de Estado, que podría llevar a su destitución.

 

“No creo en la destitución de Dilma; creo que las dificultades que estamos pasando ahora serán vencidas a medida que la economía comience a recuperarse y los programas anunciados por la Presidenta empiecen a dar resultados”, dijo Lula.

 

El exgobernante, quien es aún es la voz de mayor peso dentro del PT, realizó estas declaraciones en el municipio de Montes Claros, donde participó en un encuentro con líderes de la región.

 

“Nadie quiere otro golpe en el país”, afirmó el expresidente en alusión al ocurrido el 1 de abril de 1964 que impuso un régimen dictatorial que se prolongó durante 21 años y un período convulso de la historia en el que Lula llegó a encabezar el mayor movimiento obrero de la historia de Brasil.

 

El cofundador del PT, que llegó a perder tres comicios antes de acceder a la Presidencia, invitó a la oposición a esperar a 2018 para disputar “democráticamente” las elecciones a la presidencia de la República.

 

Lula hizo estas declaraciones apenas un día después de que una encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) indicara que el expresidente perdería las elecciones ante cualquiera de los tres potenciales candidatos del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

 

Los aspirantes del PSDB son los senadores Aecio Neves, que perdió en octubre pasado ante Rousseff la elección presidencial, y José Serra y el gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, quienes en su orden y según la encuesta derrotarían a Lula en una segunda vuelta.

 

Esta encuesta no recaló bien en las bases del PT, que con el presidente de la formación, Rui Falcão, impulsa una eventual candidatura de Lula con el objetivo de enderezar el rumbo de un partido debilitado por el desgaste de doce años de Gobierno y las sospechas de su implicación en el escándalo de corruptelas en Petrobras.

 

Respecto al escándalo que envuelve a la mayor empresa del país, responsable de una buena parte del PIB brasileño, Lula lamentó que “hubo gente del PT que erró”, pero recordó que durante su presidencia siempre decía que “sólo hay una manera” de no ser “molestado” por investigaciones judiciales: “ser honesto”.

 

El exmandatario participará esta tarde, en Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais, en un congreso organizado por la organización sindical Central Única de Trabajadores (CUT), en un acto que promoverá la defensa de la democracia y de Petrobras y del que participarán movimientos estudiantiles.