MONZA. La victoria sin adrenalina no va con Lewis Hamilton. Al británico igual le va si la polémica es en el podio, en un cierre apretado o, como ayer en Monza, luego de una paseada de verano y 20 segundos de ventaja sobre el segundo lugar.

 

Al final Hamilton tuvo que cerrar el circuito con el acelerador bien apretado, tanto que la diferencia en la meta con Sebastian Vettel (segundo) fue de casi 25 segundos, todo por una supuesta falta en la presión de los neumáticos traseros, que podía haberle acarreado una sanción. Pero nada pasó y celebró su séptima victoria de la temporada y la número 40 en su carrera, que lo ponen a sólo una de Vettel y del mítico Ayrton Senna, ídolo del hoy piloto de Mercedes.

 

Cada vez más cerca del título de la Fórmula Uno, a Hamilton parece que la polémica lo persigue. Ya en abril pasado, luego de ganar el Gran Premio de Shangai, al inglés le pareció que era buena idea festejar bañando con champaña a una de las edecanes que acompañan a los ganadores en el podio. Apenas bastó que las imágenes recorrieran el orbe para que se tachara al piloto de Mercedes de “machista”, un detallito más en la carrera de Lewis Hamilton, que pasa a segundo plano, sobre todo, luego de ver el dominio que ha impuesto en la presente temporada.

 

Y es que Hamilton dominó de punta a punta el Gran Premio de Italia, lo que le permitió alojarse en lo más alto del campeonato, donde ya tiene 53 puntos de ventaja sobre su compañero Nico Rosberg, quien no terminó la carrera porque fundió el motor de su monoplaza.

 

Para el finlandés Kimi Raikkonen fue un mal día. Largó desde la primera fila y aparecía como una gran amenaza para Hamilton, pero se quedó parado en la largada y cuando pudo reaccionar ya había sido superado por casi todos los autos. El podio lo completó el piloto brasileño de Williams, Felipe Massa.