WASHINGTON. El Papa Francisco será recibido con honores de jefe de Estado el próximo miércoles cuando llegue a la Casa Blanca para un reunión privada con el presidente Barack Obama, en el inicio de su gira pastoral de cinco días por Estados Unidos.

 

Sin embargo, Obama y Francisco cruzarán saludos desde la tarde del martes poco después de que el Pontífice pise suelo estadunidense en la Base Andrews, en el vecino estado de Maryland, a donde llegará procedente de Cuba.

 

Obama encabezará la delegación oficial de recepción, que estará compuesta además por la primera dama Michelle Obama, el vicepresidente Joe Biden y su esposa, la doctora Jill Biden.

 

“Esta es una visita única, muy diferente a las que hemos recibido de líderes de países extranjeros, ya que el Papa es el líder de una muy importante institución que es profundamente valorado por muchos estadunidenses”, dijo Ben Rhodes, asesor de Seguridad Nacional de Obama.

 

En rueda de prensa, Rhodes dijo que se estima que la ceremonia oficial de bienvenida en el Jardín Sur de la Casa Blanca será atestiguada por unas 10 mil personas.

 

Finalizada la ceremonia, el mandatario y el Papa celebrarán un encuentro privado de una hora en la Oficina Oval, mientras que, por separado, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, se reunirá con miembros del gabinete de Obama.

 

Rhodes dio a conocer que esa tarde Biden estará igualmente presente en la misa de canonización de Fray Junípero Serra, en la Basílica de la Inmaculada Concepción, ante la presencia de 25 mil feligreses católicos.

 

Acerca del mensaje que el Papa dará un día después a los estadunidenses desde el Congreso, donde hablará ante una sesión conjunta de las dos cámaras, el director para Asuntos Europeos del Consejo Nacional de Seguridad (NSC), Charlie Kupchan, dijo que se espera que sea sobre los valores que la iglesia promueve y defiende.

 

“No queremos crear ninguna expectativa de que el Papa va a ser una voz en los temas de política interna”, dijo Kupchan, aunque reconoció que Francisco tomará sus propias determinaciones “y hablará con su propias palabras”.