Son pocas las ocasiones que uno consigue ser “golpeado” en todos los sentidos, pero una que vale la pena repetir y conocer es la que se ofrece en Vivanco, espacio que nos muestra una excelente manera de unir tradición con modernidad.
Vivanco es mucho más que Cultura from Vivanco on Vimeo.
Lo anterior sólo es posible cuando la creatividad y diversas artes se unen con el objetivo de compartir el gusto por la cultura del vino, aunque no es para menos pues al llegar los visitantes somos atraídos por la belleza de la bodega, ubicada en localidad riojana de Briones, espacio que también alberga el Museo de la Cultura del Vino.
Aunque al ser seducidos por la vista es fácil descubrir la razón por la que Santiago, Pedro y Rafael Vivanco se decidieron a compartir con las personas este fantástico espacio, que tan sólo al verlo ya nos tiene atrapado, pero lo que quieren es conquistarnos y faltan los demás sentidos para lograrlo.
Así que para conseguirlo la familia Vivanco decidió construir una experiencia más completa para el visitante en la que el olfato y gusto son atraídos por el principal atractivo, el vino, pero gracias a los cursos de catas esto llega a niveles insospechados, de la mano nos llevan por ese mundo de ensueño, recuerdos y experiencias que puede despertar esta bebida.
Para despertar el tacto nos permiten volver a ser niños al sentir la tierra y frutos, que forman parte de todo este proceso milenario, que es justa una de las intenciones con las que inició la apertura del museo ser conscientes de la historia que aquí se resguarda.
Llegados a este punto se ha despertado una pasión por el vino que no creímos posible antes, pues es conocerlo desde sus raíces y si se reflexiona bien veremos que es amor, pues se trata a un nivel intelectual, gracias al conjunto de la experiencia que se ve completada, al menos para los sentidos con buenas jornadas ya sea de música o poesía, dependerá del programa y suerte con la que visiten Vivanco.
Ya será difícil que el vino no forme parte de nuestra vida, pues es propio de la humanidad como nos lo muestran las salas temáticas del museo que van desde Egipto hasta Grecia y con ese buen dios Baco, además de una de uno de los espacios que podría ser el más interesante pues nos plantea el cómo es que la humanidad ha entendido el vino y lo plasmó, aquí se podría considerar que el inconsciente también podría ser conquistado, pues hasta llegar a soñar con el vino es una posibilidad.
Algo que es muy destacable es cómo es que la familia Vivanco logró combinar tecnología puntera, diseño, arte, vaya un lugar multidisciplinario que en primera instancia podría sorprender a muchos, pero que a la vez es muy sencillo para las nuevas generaciones y por ello es que tienen visitas sólo para los pequeños de la familia, los niños. Siempre es de aplaudir por aquellos que piensan en ese público tan difícil de atraer y que salen de aquí con una sonrisa y con ansias de conocer más.
Por todo esto no es de sorprender que en el Museo del Vino se realicen interesantes propuestas curatoriales que tienen como eje principal…el vino. Un diálogo que resulta en una colección fascinante en la que artistas de la talla como Picasso, Miró, Dalí, Chagall, Tàpies, Andy Warhol, Paula Rego, entre otros, se reúnen en torno para beber una copa de vino.
Visitar Vivanco es una experiencia que siempre quedará corta en cualquier medio, que sólo es posible sentir en carne propia y es muy accesible, pues es realizada con mucho cariño, es un sueño que del que se forma parte al estar ahí.