SANTIAGO, Cuba. El papa Francisco llamó a los cubanos a vivir una “revolución” de ternura y de ayuda a los demás, en uno de sus últimos mensajes previa a su salida de un país en el que ha hecho algunas críticas sutiles a un sistema instaurado hace más de cinco décadas.

 

En un país donde el triunfo de la revolución de 1959 encabezada por Fidel Castro llevó a la isla a un proceso de laicismo, el pontífice pidió renovar la fe y a la Iglesia a “sembrar reconciliación” y tender puentes.

 

“Nuestra revolución pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre compasión, que no es lástima… y nos lleva a involucrarnos, para servir, en la vida de los demás”, dijo Francisco en su homilía en la Basílica del santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, a la que asistió el presidente Raúl Castro y hermano de Fidel.

 

La Virgen de la Caridad es un símbolo de unidad de los cubanos por encima de sus ideas políticas y lugares de residencia.

 

A lo largo de su visita de cuatro días, el Papa ha hecho algunas críticas sutiles al sistema comunista que prevalece en la isla. En los días anteriores, por ejemplo, llamó a pensar más en las personas que en las ideologías y a respetar a quien piensa distinto.

 

Francisco partió de Cuba después del mediodía rumbo a Estados Unidos.

 

El presidente Castro despidió al pontífice en el aeropuerto internacional de Santiago de Cuba.

 

Por la mañana, en la homilía, el Papa llamó a la iglesia en Cuba a apoyar a todos y le pidió “que sepa acompañar todas las situaciones embarazosas de nuestra gente… no borrándonos sino caminando con nuestros hermanos”.

 

Al finalizar la ceremonia litúrgica sostuvo un encuentro con familias en la Catedral de Santiago.

 

Ahí el Papa calificó a la familia como “espacios de libertad” que ayuda a salvar a la gente de las divisiones y la masificación, dos cosas que transforman a la gente “en individuos aislados, fáciles de manipular y de gobernar”.

 

Fuera del discurso preparado, el papa envió una bendición a todos los niños cubanos no nacidos y pidió a sus madres que lo oían, incluso por radio y televisión, que tocaran su vientre.

 

“Deseo que vengan sanito, que crezcan bien, que puedan criar al niño”, dijo en una nación donde el aborto es legal y gratuito. Poco antes, el arzobispo de Santiago Dionisio García advirtió sobre las bajas tasas de natalidad.

 

Para algunos no escapó el trasfondo político que también tuvo antes la asistencia del Santo Padre al Santuario, en momentos en que Cuba y Estados Unidos negocian un acercamiento que comenzó en diciembre pasado y ya logró el restablecimiento de relaciones diplomáticas en julio pasado tras cinco décadas de enfrentamiento.